Fernando Cerimedo ha emergido como uno de los estrategas digitales más influyentes y controvertidos en la política argentina, particularmente por su rol en la campaña de Javier Milei. Su nombre ha estado vinculado a la manipulación masiva de redes sociales mediante el uso de "trolls" y la creación de campañas de desprestigio, una táctica que ha levantado serias denuncias por su carácter violento y coordinado, tanto en Argentina como en el extranjero.
Redacción EnOrsai // Miercoles 25 de septiembre de 2024 | 21:41
Cerimedo, que inició su carrera como empresario en medios digitales, se ha presentado en entrevistas como un gestor de redes, pero detrás de esa fachada, múltiples investigaciones apuntan a su implicación en estrategias oscuras de manipulación de la opinión pública. Su ascenso a la notoriedad se consolidó como jefe de la maquinaria digital de Milei, donde su equipo, compuesto por decenas de cuentas falsas o trolls, se dedica a hostigar y difamar a opositores, periodistas y ciudadanos que critican al actual gobierno libertario.
El poder de Cerimedo no se limita a la política argentina. Su participación en campañas digitales trasciende fronteras, como lo demuestran las investigaciones judiciales en Brasil. Allí, su nombre se vinculó a las operaciones digitales que apoyaron a Jair Bolsonaro en su intento de deslegitimar las elecciones que dieron la victoria a Luiz Inácio Lula da Silva, un intento que culminó en el asalto al Congreso y otras instituciones brasileñas en enero de 2023.
La justicia brasileña ha identificado a Cerimedo como uno de los actores claves en la estructura de las milicias digitales que intentaron socavar el sistema democrático del país, en paralelo a lo que otros líderes de extrema derecha han impulsado en contextos como el de Donald Trump en Estados Unidos. Estas acciones llevaron a la orden de entrega de las cuentas de Cerimedo en la red social **X (antes Twitter)** por parte de Elon Musk, quien terminó cediendo a las demandas judiciales tras semanas de resistencia.
En Argentina, Cerimedo enfrenta una denuncia penal presentada por Malena Galmarini, dirigente del Frente Renovador y esposa del entonces ministro de Economía, Sergio Massa. La acusación sostiene que Cerimedo lidera un "mecanismo de ataque coordinado, planificado y sistematizado" contra aquellos que desafían las políticas del gobierno de Milei. Este mecanismo incluye la publicación de datos personales de críticos, con el objetivo de que otros usuarios repliquen amenazas y abusos.
Galmarini definió a su red como una "organización criminal", lo que podría derivar en cargos por asociación ilícita. Entre los colaboradores más cercanos de Cerimedo se encuentran figuras como Agustín Romo, diputado de Milei, y Juan Pablo Carreira, alias "Juan Doe", director de comunicación digital del gobierno, ambos señalados por participar en estas campañas de manipulación digital.
Además de su rol en la política, Cerimedo también ha sido investigado por sus actividades empresariales. Su empresa Madero Group, registrada a nombre de su pareja, Natalia Basil, ha sido objeto de múltiples demandas laborales por prácticas ilegales, como la falta de contratos formales y despidos sin indemnización. A esto se suman denuncias por irregularidades fiscales, relacionadas con su manejo de fondos en la campaña de Milei.
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Cerimedo también cuenta con antecedentes judiciales por estafa. Fue condenado en Mar del Plata por vender el mismo departamento a dos compradores distintos, lo que le valió una sentencia de dos años y seis meses de prisión condicional.
En la narrativa del gobierno de Javier Milei, Cerimedo ha logrado posicionarse como el arquitecto en las sombras, diseñando una estrategia de comunicación digital que se nutre de desinformación y tácticas agresivas en redes sociales. Bajo su dirección, se ha impulsado una línea dura de ataques no solo contra figuras opositoras, sino también contra medios de comunicación independientes.
A pesar de los múltiples escándalos que lo rodean, Cerimedo ha mantenido su posición cercana al poder. Su capacidad para manejar con eficacia las milicias digitales y su conocimiento de las dinámicas virales lo han convertido en una figura clave en el ecosistema político actual. No obstante, su perfil está manchado por el uso de estrategias éticamente cuestionables y, en muchos casos, directamente ilegales, lo que plantea serios interrogantes sobre el futuro de la democracia argentina bajo el "mileísmo".
Fernando Cerimedo representa una nueva clase de estratega político en la era digital, donde el control de la narrativa pública es tan o más importante que las políticas mismas. Su rol en la administración de Milei y sus vínculos con movimientos radicales de derecha lo colocan en el centro de una tormenta de críticas. Al final del día, el legado de Cerimedo no se medirá solo por su éxito en manipular las redes sociales, sino por el impacto que sus tácticas tendrán en la salud de las instituciones democráticas de Argentina y otros países que han sufrido sus operaciones.
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