cerebros de la comunicación "M"

El Plan Alivio de Macri es para atacar la herencia cultural K

"Comportamientos culturales que cuestan erradicar", se había quejado esta semana, antes de irse a Alta Gracia (Córdoba) a descansar, agobiado por tantos malos pronósticos y ex sumisos que ahora se le animan hasta con su candidatura presidencial.

El Plan Alivio de Macri es para atacar la herencia cultural K

Sábado 20 de abril de 2019 | 13:04

(Por Sergio Villone) La banca del Fondo Monetario Internacional (FMI), sin embargo, le permite maniobrar en medio de la tormenta y seguir haciendo lo que más les gusta a sus asesores más cercanos: despotricar contra el kirchnerismo y su herencia cultural, depositaria de todas las excusas para el fracaso que nunca se va a admitir.

Nada puede hacerse en lo que queda hasta las elecciones, sólo tratar de conformar a los socios radicales para que no retiren la red de comités en todo el país. El fixture provincial le va a seguir dando malas noticias, sólo maquilladas por los medios coautores de uno de los timos más fabulosos de los últimos tiempos.

La ocurrencia no es nueva pero sí atrevida y sin miramientos hacia los sufrimientos que está padeciendo gran parte de la sociedad argentina: seguir entreteniendo con el juguete K, mientras todo se desmorona, no acercará soluciones a la administración de la cosa pública, pero sí consuelo a seguidores y alimento al relato diario de que en el país, si pasan cosas malas, siempre será culpa de los chorros K que se robaron todo, incluso el récord de riesgo país, o que al vecino de cualquier punto del país le quede a más de 200 kilómetros poder conseguir el asado a 149 pesos.

Asignarle a los K una dosis del (seguro) fracaso de las medidas anunciadas acercaría la posibilidad de experimentar en vivo una campaña del miedo M, ya que no alcanza con asegurar que si vuelve Cristina "cambia la Constitución, y arma a los barras bravas, a su Vatayón Militante de presos comunes, a los motochorros y a grupos de narcotraficantes para que maten a sus opositores", como provocó, en febrero, Jaime Durán Barba en Perfil.

Los malabares de los cerebros de la comunicación presidencial y sus cómplices mediáticos (¿alguno se está bajando?) tienen poco tiempo para reparar en los pesares que les hacen pasar a millones de argentinos, a los que siguen soñando vietnamitizar como en las elecciones del 2015 y 2017, regadas de tantas promesas incumplidas que muy poco se podrá contra-argumentar en los venideros debates a los que tendrá que exponerse el Presidente.

Mientras tanto, el kirchnerismo, en esos mismos lares, se va corriendo de sus extremos, sin dejar de marcar las enormes diferencias entre los Precios Esenciales (?) macristas y los Precios Cuidados K y subrayar que el anuncio en carne de los asustados Sica, Dujovne y Stanley casi no alcanza a 2 novillos por provincia, más allá de la poca disponibilidad de bocas de expendio en todo el territorio nacional.

El periodista Gabriel Sued, esta misma semana y en La Nación, adelantó algunos de los lineamientos en los que supuestamente el kirchnerismo ya está pensando para un eventual tercer mandato de Cristina Fernández de Kirchner, de la que se quejan los periodistas más anti K por su nuevo silencio, justo en medio de la grave crisis que atraviesa el país: así es más difícil atacarla, más si Comodoro Py comienza a sacar el pie del acelerador en las causas judiciales que comprometen a la ex primera mandataria.

"Con la reactivación de la economía y la recomposición de salarios y jubilaciones como objetivos más urgentes, proyectan un "gobierno de reconstrucción nacional", más parecido al de Néstor Kirchner que a los de la propia Cristina, tanto en su plan económico como en su estrategia de construcción política. "El desafío principal va a ser estabilizar el país, que hoy está desbarrancado, después de casi cuatro años de neoliberalismo", dijeron a LA NACION voceros del Instituto Patria, y afirmaron que existen motivos para esperar una suerte de reedición del primer kirchnerismo. "Las condiciones en que va a quedar el país en diciembre de 2019 son más parecidas a las de 2003 que a las de 2015. Por eso habría que recurrir a políticas más parecidas a las que aplicamos en ese momento", manifestaron, y pusieron como ejemplo el freno al aumento de tarifas. La propuesta actual no es congelar sino desdolarizar el precio de los servicios", escribió el lunes Sued, de buena relación con el kirchnerismo.

Adelantó que no habrá "ministerio de la venganza", como azuzan rabiosos periodistas macristas; tampoco, cadenas nacionales ni "patios militantes"; no se intentará una reforma constitucional que desate nudos liberales que luego terminan ahogando a los gobiernos populares; se abandonará la lucha contra los monopolios, como Clarín, ahora, más grande, luego del intercambio de favores con Cambiemos; tampoco volverá el enfrentamiento con "el campo", luego de que algunos dirigentes se dieran cuenta que "nunca más tenemos que confundir al pequeño y mediano productor de la Argentina con los grandes terratenientes de las cerealeras".

Quien expresa mejor esa "moderación K" es Axel Kicillof, la figura que más retiene el voto de CFK, que aspira a ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, más ahora que los intendentes del Conurbano están intentando digerir su enorme popularidad y procedencia extraperonista (hasta se animan a rumorear una fórmula con Verónica Magario, intendenta de La Matanza)

"Y ahora, ¿qué? Desengrietar las ideas para construir un país normal" se llama el libro que acaba de publicar, con entrevistas que le realizan el guionista Pedro Saborido y los periodistas Carlos Pagni, Alejandro Bercovich, Ingrid Beck, Ángela Lerena y Noelia Barral Grigera. En él, AK afirma que "el neoliberalismo de Macri o ser Venezuela no son las dos alternativas que tenemos. Ese es un falso dilema", y no tiene problemas en reiterar que será necesaria una renegociación del acuerdo con el FMI.

"Muchos me preguntan: 'Con este desastre, ¿qué medidas tomarías? ¿Pondrías el cepo?'. Hay que volver a ciertos objetivos y no encolumnarse detrás de un programa de medidas puntuales. El peronismo se ha movido siempre por objetivos, no se ha enamorado de medidas, ni de tiempos exactos. Hay que plantear algunas cosas muy sencillas. Queremos tener industria nacional, que la gente tenga un laburo, que llegue a fin de mes. La enseñanza de 2001 en adelante es que ante una devaluación muy fuerte hay que tener una política fiscal y monetaria expansiva, de lo contrario, no camina. Y Duhalde no lo hizo, lo hizo Néstor", recuerda.

"Yo hablo con varios empresarios arrepentidos, y con ellos nos encontramos a gusto porque uno también está reformulando, haciendo el balance, la autocrítica. Estamos viendo cómo podemos darle a esto una forma que sirva para llegar a acuerdos más fuertes y que se puedan sostener en el tiempo, pese a las naturales tensiones", promete Kicillof, abanderado de lo que un periodista ultramacrista denunció como la operación Santa Cristina, el mismo que encabeza la última arremetida de los cerebros comunicacionales de Cambiemos, cada vez más radicalizados, aunque jueguen con la suerte del país.

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