
Mientras José López ocupa lugar central en los medios nuestro país ingresa a un terreno del que le será difícil salir. Las medidas del macrismo hundieron la economía y la inflación no parece frenar. Al mismo tiempo la caída del consumo es escandalosa.
Jueves 16 de junio de 2016 | 21:38
La mentira del segundo semestre está apenas a días de comprobarse. El macrismo prometió que para julio se verían síntomas de recuperación gracias a las inversiones que atraerían pero nada de eso sucedió sino todo lo contrario: el dinero se va de la Argentina.
Mientras los bancos internacionales recomiendan no invertir en Argentina, el macrismo de aferra a los casos de corrupción para surfear una situación económica que se ha tornado dramática para los sectores populares.
"Macri dijo que los primeros meses iban a ser críticos, pero después iba a empezar a mejorar. Hay gente que necesita comer, no puede esperar un año", dijo Lorena Díaz, quien administra Bokitas, un comedor popular en el barrio obrero de La Boca.
Los asistentes al comedor de Lorena pasaron de ser 250 a 500 en apenas 5 meses. La situación se repite en comedores de todos los rincones del país y se agrava en el conurbano bonaerense.
"Hoy la expectativa (de una recuperación) está corrida y reducida", dijo el economista Hernán Hirsch a Reuters. La Unión industrial Argentina que tiene hombres de peso en el Frente Renovador, coincide con ese diagnóstico. No habrá alivio en el corto plazo y tampoco se vislumbra la luz al final del túnel como expresó la vicepresidenta, Gabriela Michetti.
"En estos meses se va sintiendo el coletazo. No alcanza el sueldo que uno gana, ni la pensión o la jubilación. No hay plata que alcance", aseguró Juan Rojas, un exempleado que vive de una pensión por discapacidad. "El pan y la leche han aumentado una barbaridad", finalizó.
No hay luz al final del túnel para los trabajadores y los más pobres. Mientras tanto, el sector financiero a multiplicado sus ganancias que durante el kirchnerismo no habían sido precisamente magras.