Son dos millones y medio de pesos por mes, con los materiales a pagar aparte, para encargarse de la limpieza de las paradas de Metrobús. El contrato fue para Nicolás Caputo, el amigo del colegio, ex socio y actual asesor de Macri.
Andrés Brown - Redacción En Orsai // Lunes 22 de septiembre de 2014 | 16:13
Una vez más queda claro que para el PRO el Estado es un facilitador de empresas parasitarias, que sin invertir un peso se alzan con grandes negocios
Una licitación para la limpieza y conservación de las estaciones de los carriles exclusivos, que el gobierno de Mauricio Macri decidió tercerizar, costará dos millones y medio por mes.
Entre los ganadores está un amigo de Macri del colegio Cardenal Newman, Nicolás Caputo, y otra empresa involucrada en el caso Skanska. El contrato no incluye que las empresas paguen por los materiales para reparar las estaciones, las deja a cargo de la fiscalización de esos gastos, y ni siquiera está claro cómo se coordinará con la recolección de basura.
“Una vez más queda claro que para el PRO el Estado es un facilitador de empresas parasitarias, que sin invertir un peso se alzan con grandes negocios”, denuncia la comunera socialista Julieta Costa Díaz.
El 10 de abril, Macri firmó el decreto 135/14 por el que llamó a una licitación para la limpieza de todas las estaciones de los corredores de Juan B. Justo, 9 de Julio y metrobús sur. La contratación es por dos años, para lo que la gestión previó 89 millones de pesos.
La preadjudicación estableció un costo total de 59 millones de pesos, aunque puede estar sujeto a redeterminaciones de precios. Incluye los 78 paradores de los carriles exclusivos. Cada uno tendrá un costo promedio de 31 mil pesos. Por mes, el gobierno porteño pagará dos millones y medio de pesos.
“Si la Ciudad más rica del país no puede hacerse cargo de limpiar y mantener los 78 paradas del metrobús, ¿qué les queda al resto?”, se pregunta Costa Díaz.
Amigo del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri desde los seis años, Nicolás Caputo ha cultivado casi en partes iguales el perfil bajo como los activos vínculos con la obra pública de la Ciudad de Buenos Aires.
Caputo creció como empresario de la mano de Franco Macri, y con su hijo Mauricio compartió pasiones y negocios desde muy jóvenes, compartiendo el paso del ex presidente de Boca Juniors no sólo como consejero, sino también como contratista de algunas de las obras que el Gobierno de la Ciudad exhibe como logros de gestión.
A través de SES S.A. y de Caputo S.A., fundada en 1932 y con negocios con la Ciudad desde 1970, llegó a ganar la adjudicación de millonarias obras en los últimos años, desde la construcción de un nuevo hospital en Villa Lugano, hasta la renovación integral de un pabellón en el Hospital José T. Borda.