LA REACCIÓN

Furia mediática, a nombre de EEUU

La reacción del presidente estadounidense, Joe Biden, ante los decididos reclamos que expresó Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas, quedaron como tímidas y timoratas al lado de las reacciones furiosas de los medios argentinos opositores.

Furia mediática, a nombre de EEUU

Redacción EnOrsai // Lunes 13 de junio de 2022 | 11:54

(Reseña de Hugo Muleiro) La descalificación editorial de la política exterior se encadena además con un despliegue estridente respecto de un avión venezolano de carga cuyo arribo a Ezeiza es usado para recuperar, como en campañas electorales anteriores, el fantasma del “terrorismo iraní”. Aplicando el manual, exponentes de Juntos por el Cambio y de la camarilla que se dice representante de la comunidad judía reaccionaron en sintonía con estos títulos y crónicas.

El discurso del Presidente en Los Ángeles tuvo una primera reacción dubitativa de Clarín, cuando el viernes tituló que Fernández “defendió sin exagerar” a Cuba y Venezuela.

La concesión aparente, sin embargo, encierra una falacia, repetida en una interminable serie de notas, lo de la “defensa” de gobiernos que estos medios detestan, puesto que en la intervención no hubo una sola mención a la situación interna de esos países, sino la reivindicación de reuniones continentales en las que un actor no se auto-atribuya el poder de abrir y cerrar la puerta según sus objetivos geopolíticos.

Van der Kooy y Roa encabezaron la embestida de Clarín, replicada por firmas de segundo orden del diario como Niebieskikwiat y Wiñazki. La Nación fue más intensa: Morales Solá, Laborda, Dapelo, Jacquelin, Liotti, Mathus Ruiz y otros soldados y soldadas teclearon con obediencia ciega.

También Infobae multiplicó diatribas durante cuatro días consecutivos, con un matiz muy singular de su columnista de cabecera, Roman Letjman, el sábado, quien llegó a desautorizar la reacción de Biden, sin que sepamos a nombre de qué sectores políticos estadounidenses lo hizo.

El jefe de la Casa Blanca, según trascendidos coincidentes, dijo que espera la invitación a la cumbre de la CELAC que le anticipó Fernández, pero Letjman avisa que esa decisión “es revisada” ahora por el Consejo de Seguridad y el Departamento de Estado y que “es poco probable” que Biden asista.

Los tonos de indignación son variados pero pocos llegan al extremismo ya frecuente de Morales Solá en La Nación, quien pronostica “consecuencias fácticas”, léase represalias de Estados Unidos. Con el corazón todavía roto por los hechos de la Cumbre de 2005 en Mar del Plata, el columnista se queja lastimosamente porque Alberto Fernández criticó a su amado Mauricio Macri.

En conjunto, se repite una estrategia pre-electoral que tiene libreto conocido: títulos sobre “corrupción K” y un gobierno peronista otra vez asociado al terrorismo internacional. Los tres medios están a un paso de afirmar que tal vez el “avión sospechoso” es el que trajo al comando venezolano-castrista-iraní que atravesó paredes en las alturas para el “asesinato” del fiscal Nisman.

Caído el ex ministro Kulfas como ídolo de ocasión por los favores que realizó para bombardear la interna del oficialismo, los tres medios centran la metralla en la intendenta Mayra Mendoza y La Nación impostó un “anuncio” en su título principal del lunes: pretende dar como novedad un “posible” pedido de prisión contra Cristina Kirchner. En verdad, en el diario ya se anunció la postura del fiscal Diego Luciano, hace semanas. También lo hizo Clarín, que llegó a saborear que el fiscal dará el tan esperado golpe final a la Vicepresidenta.

Igualmente previsible es el apoyo al precandidato cada vez más derechista Rodríguex Larrete y su ocurrencia de imponer en la agenda la discusión de cambios al lenguaje sobre géneros para ocultar el sonoro fracaso de su política educativa, de la que tanto alardea con su fijación por entrar a la Rosada.

Muy degradante nota del editor sabatino de Clarín, de apellido Abascal, quien le regala “legitimidad” al alcalde y su siniestra ministra, pero les reprocha haber usado la palabra prohibir, porque es “fea”.

¿Es la mayor prueba de la calamidad mediática que asola al país? No, hay una peor: en la publicación sobre una entrevista colectiva que el Presidente dio en Los Ángeles, estos medios llegan al extremo de tergiversar las preguntas.

La Nación dice que una de ellas fue: “¿El discurso fue consensuado con el resto del continente, le preocupa el impacto que podría tener en Estados Unidos?”. Pero Clarín dice que fue muy distinta: “¿Usted consensuó con mandatarios como Iván Duque y Jair Bolsonaro el tono del discurso?”

Imposible saber cuál dice la verdad. Probablemente ninguno. La conclusión es obvia: al periodismo independiente le falta manipular solo la temperatura.

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