EEUU ENTRÓ A LA CAMPAÑA COMO GRAN ELECTOR

El pliego de condiciones fue expresado con bastante claridad por el embajador Stanley en una actividad en Washington, en las barbas de su par argentino, Argüello, a quien no obstante llamó “amigo”. Clarín y La Nación publicaron informes calcados sobre la embestida geopolítica y económica.

Estas operaciones en pos de la supremacía del interés estadounidense muy por encima del nacional y de cualquier otro aliado o socio que la Argentina quiera elegir tuvieron un precedente, antes de la declaración de Stanley, con un muy concertado esmero para ridiculizar las gestiones del Gobierno en Brasil.

Según el relato de estos medios, el presidente brasileño no dio las respuestas esperadas. El necesario estudio de normas técnicas para un intercambio comercial que eluda al dólar fue presentado como un fracaso de la gestión. Además, Lula recibió descalificaciones editoriales unánimes, por visitar China y por decir una obviedad: que la expansión de la OTAN hacia la frontera rusa está en la base de la guerra en curso en Europa. Según parece, las grandes democracias del mundo no permiten tales opiniones y, como dactilografió Van der Kooy, “devaluaron” a Lula.

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Así, Clarín resumió en tapa que la delegación volvió “con las manos vacías”, palabras que columnistas de ese diario y de La Nación se turnaron para repetir día por día y hacerlas llegar a las notas del domingo. O todos cumplen una misma orden o todos escuchan a la misma fuente.

La licitación internacional para la tecnología 5 G, la compra de aviones militares y el control del Paraná son los temas más mencionados tras la arremetida de Stanley, que enmascaró la infinita codicia norteamericana con la cantinela de la seguridad hemisférica y la “expansión china”. La rigurosidad del control de la agenda mediática quedó en evidencia cuando Infobae hizo algo por demás infrecuente: a media mañana del viernes puso como novedad principal del momento los reclamos de Stanley, como si acabara de pronunciarse, aunque eran del día anterior.

Por las dudas el mensaje no se entienda bien, Clarín desplegó en el mismo espacio un texto detallado sobre una reunión entre el gobernador mendocino Cornejo y el senador Ted Cruz, un republicano ultraderechista y fanático, que pide a la Casa Blanca acciones contra Cristina Kirchner. Cruz, lo exaltó la redactora Lugones, “no es un legislador cualquiera”, que le critica a Biden que sancione a dirigentes paraguayos y no haga lo mismo con la Vicepresidenta.

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El despliegue tiene una costura perfecta en un artículo del domingo 7 en La Nación: Laborda, que copia y pega la frase de “las manos vacías”, pregunta cómo va a “digerir” Estados Unidos una eventual candidatura de Cristina Kirchner, cuando es ella quien “alienta la alianza con China”.

Son días en lo que los medios opositores abundan en actos de censura: pisan y ocultan los testimonios que se suman en la Cámara de Diputados sobre los actos ilegales de los jueces de la Corte Suprema. Sobre las irregularidades en la obra social, publicaron al unísono que el ex administrador de la Corte, Héctor Marchi, “no describió delitos” al testimoniar ante el juez Lijo. A la vez, como contrapeso, multiplicaron versiones sobre espionaje a los alfiles del sistema judicial que avanzan contra Cristina Kirchner, incluyendo a los supremos, para ubicarlos como “víctimas de los K”.

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La censura se hace por demás elocuente también el lunes 8 sobre la declaración de la secretaria del diputado macrista Milman, el acusado de estar en conocimiento anticipado del ataque a la Vicepresidenta del 1 de septiembre. Sin embargo, la experiencia demuestra que no tardarán en lanzar publicaciones para denostarla. Sería bueno que alguien se ocupe de cuidar la integridad de esta testigo y su familia.

La modalidad de cobertura de campaña se centró en los últimos días en dar por seguro que el peronismo puede caer al tercer puesto en la primera vuelta, una hipótesis sustentada en la agitación permanente del fantasma del crecimiento electoral de Milei. La afirmación es tan reiterada que corresponde preguntarse hasta dónde no se trata de una estrategia para fortalecer a este dirigente ultraderechista cuya instalación se debe, justamente, a la promoción de los medios opositores.

Es una forma de desplazar hacia la derecha el debate político, un trabajo en el cual el sábado Lanata hizo su aporte, anunciando que economistas de todas las fuerzas de Juntos por el Cambio coincidieron en que la crisis inflacionaria y cambiaria solo se pueden enfrentar con devaluación y un ajuste feroz, con el ataque obvio al Estado.

El ímpetu para esta restauración ultraconservadora se observó también cuando La Nación reflotó el viejo estilete “malestar en el Ejército”, por el desplazamiento de un general que se solidarizó con los militares condenados por delitos de lesa humanidad. Como es habitual, detrás de la maniobra mediática asomaron representantes de la coalición derechista, encabezados por el ministro porteño Burzaco.

Tuvimos cadena nacional el fin de semana, más larga que aquellas de Cristina que tanto molestaban: horas y horas de transmisión y decenas de páginas para la pompa y el espectáculo lastimoso de la realeza británica. Otra vez, el periodismo argento mostró su ADN bananero.

*Hugo Muleiro @HugoMuleiro - Escritor y periodista. Co-autor de Los Garcas, Los Monstruos y La Clase un Cuarto. En la Patria Grande.