Exigimos un plan de construcción de las 25 escuelas que faltan en la zona sur de la ciudad.

A comienzos del 2014 la comunidad educativa de Parque Patricios y Barracas aterrada por la falta de vacantes para nivel inicial y primario ocupó una escuela que había sido vaciada y abandonada por el gobierno porteño para que lo obvio se cumpla: que se reabran las puertas para que decenas de niñas y niños tengan su derecho a la educación garantizado. El 3 de Abril de ese año, luego de semanas de toma, de movilizaciones y reuniones, se logró que la legislatura porteña apruebe la ley de expropiación y así el compromiso de que dicho edificio se refaccione.

Hoy a 20 meses de aquel logro, la obra está parada y el edificio nuevamente abandonado.

Cuando un niño no tiene vacante para ir a la escuela no sólo se le arrebata un derecho y se le mutila un sueño, sino que el gobierno pone de manifiesto el odio y la violencia hacia él. Cuando sus familias, sus docentes, sus vecinos pelean para que esos niños (que no son uno ni son dos sino miles y miles en la ciudad) puedan tener una escuela, el gobierno les miente y no cumple con su compromiso.

En un carta de la comunidad educativa del sur de la Ciudad difundido por las redes sociales, sintetizaron lo que padecen quienes aspiran a la educación pública de calidad: "No entendemos cómo un gobierno puede mentir tanto, cómo puede negarnos derechos con tanta impunidad. ¿Hasta cuándo vamos a permitir la negación y la violencia? ¿Cuánto más vamos a dejar que nos avancen?"

"Sin escuelas no hay educación, sin educación no habrá nunca igualdad, y sin igualdad nunca habrá seguridad ni justicia. Exigimos que la escuela pública de Manuel García 370 deje de ser una promesa y sea una realidad. Exigimos que esa escuela bautizada como “Escuela Recuperada Carlos Fuentealba” por vecinos/as y organizaciones abra sus puertas en 2016", amplía la misiva.

Lo cierto es que las condiciones en la que se encuentra esta escuela de una de las zonas más desfavorecidas de la Capital Federal son similares a otras de barrios más alejados, demostrando que el denominador común es la política aplicada en los últimos 8 años de gestión Pro. Alcanza con recorrer las cifras arrojadas por la Auditoría General Porteña, en la que demuestra que para todos los niveles de educación común la tendencia de la matrícula de educación pública es descendiente en favor de la privada.

Mientras que en el año 2005 un 46.52% de los niños que asistían a nivel inicial concurrían a escuelas públicas, para el año 2013 tan sólo un 43.86% optaba por la educación estatal. A nivel global, mientras que en 2005 la educación estatal prevalecía por sobre la privada con un 52% de la matrícula, para 2013 se había invertido esta relación, abarcando el sector privado un 51% del alumnado total.