La provincia de Buenos Aires, a través del ministerio de Asuntos Agrarios, intervino con intendentes de los municipios más afectados por el fenómeno climático y con representantes de las entidades agropecuarias provinciales, para monitorear en forma permanente el impacto de la ola de calor en el ganado bovino.

La decisión fue tomada tras analizar un reporte emitido por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), organismo que advierte que los valores del ITH (Índice de Temperatura y Humedad) estuvieron en las últimas horas dentro de los registros que configuran alerta para el ganado vacuno, ya que pueden provocar estrés calórico.

El fenómeno, según la evaluación del INTA, generó mayor impacto a partir del martes y sus efectos se extenderían hasta hoy jueves inclusive, dentro de la Provincia de Buenos Aires, en municipios como Junín, Pehuajó, Bolívar y Dolores.

Según el informe, las vacas se estresan porque sus cargas calóricas son mayores que su capacidad para disiparlas.

Según los especialistas del INTA, el miércoles 25 (de diciembre) los valores del Índice de Temperatura y Humedad (ITH) estuvieron dentro del rango de emergencia, tras tocar un promedio de 82 unidades, cifra que se situa diez puntos por arriba del valor que ocasionalmente provocaría el "disconfort térmico" para los ejemplares vacunos.