(Por Mariano Cuparo Ortiz) La actividad creció 1,2% en septiembre y consolidó cuatro meses al alza, muy por encima de lo esperado. Se dará un virtual empate: aunque el Gobierno perdió las elecciones por el efecto de la economía en los bolsilos, el PBI terminará el 2021 con un incremento promedio de 10%, similar al 9,9% de caída que se sufrió en el 2020. Cabe destacar que semejante resultado no terminará de compensar lo perdido durante el año pasado, sino que todavía habrá una baja de 0,9% respecto al promedio del 2019.

La salida de la segunda ola de contagios de Covid-19 mostró una buena reactivación, muy por encima de la esperada. El tercer trimestre del año, por caso, terminó con un incremento del PBI de 4,2% respecto al segundo trimestre, dejando de lado los factores estacionales. Como referencia, en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que realiza todos los meses el BCRA a través de una encuesta entre bancos y consultoras de la city, la expectativa era una mejora de 0,6% en el tercer trimestre. La realidad quedó bastante por encima.

Estos cuatro meses creciendo a un ritmo promedio de 1,6% mensual llevaron al ministro de Economía, Martín Guzmán, a señalar: “El dato de actividad económica de septiembre muestra lo fuerte y sólida que está resultando la recuperación económica. Con esta evolución de la actividad consecuente con la política económica para la recuperación que estamos llevando a cabo, proyectamos un crecimiento del PBI para 2021 de casi 10%”.

Desde la consultora LCG coincidieron, incrementaron su proyección para el PBI 2021 a un idéntico 10% de crecimiento y detallaron los números: “Para lo que resta del año esperamos todavía meses con crecimiento económico, aunque a tasas más moderadas que las registradas en durante el tercer trimestre del año. De frenarse la recuperación en septiembre, 2021 cerraría con un crecimiento del 9,7% anual promedio. Un crecimiento del 10% anual como anunció el ministro no luce alocado con estos datos: equivale a un crecimiento mensual promedio de 0,5% en los últimos tres meses”.

Y agregaron: “En efecto, corregimos nuestra proyección anual de crecimiento a 10% anual, lo que sería consistente con una recuperación punta contra punta, es decir diciembre de 2021 contra diciembre de 2020, de 8,7%. Esta recuperación dejaría un arrastre de casi 5 puntos para el año que viene”.

La economía enfrentará desafíos muy complicados durante el 2022, tal como detalló LCG. La brecha cambiaria, la inflación, con el extra que podrán agregar el virtual descongelamiento del dólar oficial y las tarifas, sumado a un arreglo con el FMI que es condición para traer calma cambiaria pero a la vez le pone un freno al impulso fiscal. Muchos problemas que limitan el crecimiento. Pero, aun así, siempre que no haya cisnes negros, solo con el arrastre estadístico el gobierno empezará su último año con una economía funcionando 4% por encima de lo que recibió al asumir en diciembre del 2019.

Dejando de lado las comparaciones entre promedios anuales, cabe destacar que en septiembre el PBI ya comenzó a operar por encima de los niveles de ese mismo mes del 2019, con un alza de 4,7%. Ese desempeño durante la pandemia no desentona demasiado con el del resto de los países que ya publicaron sus números de septiembre, tal como destacaron desde el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI): Brasil creció solo 0,7% en ese período, Estados Unidos 2,2%, Perú 3%, Paraguay 3,8%. Francia y Reino Unido cayeron 0,4 y 0,8%, respectivamente. Chile supera a todos con una mejora de 9,3%. Colombia fue el otro sudamericano que creció por arriba de Argentina, con 5,8%.