
El Gobierno endurece las condiciones de reestructuración de deudas rurales en un intento de evitar una crisis financiera mayor.
Walter Onorato // Jueves 02 de enero de 2025 | 06:48
(Por Walter Onorato) La Comisión Nacional de Valores (CNV) ha implementado nuevas regulaciones destinadas a endurecer las condiciones para reestructurar instrumentos de deuda utilizados por las compañías rurales, como cheques de pago diferido y pagarés bursátiles. La medida llega tras el default de tres empresas agropecuarias clave, incluidas Surcos y las emblemáticas Los Grobo y Agrofina, una crisis que amenaza con desencadenar un "efecto dominó" en el sistema financiero.
El sector agropecuario atraviesa una situación crítica, producto de una combinación de factores económicos, climáticos y estructurales que han puesto en jaque su sostenibilidad. Los últimos dos años de sequías severas, una plaga devastadora en los cultivos de maíz durante 2024 y la caída de los precios internacionales del 30% han golpeado con fuerza a los productores. En este contexto, el default de estas empresas no es solo una señal de alarma: es un síntoma del profundo malestar que atraviesa al agro argentino.
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Surcos, una de las primeras empresas en declararse en cesación de pagos, suspendió obligaciones por 3,5 millones de dólares y 9.364 millones de pesos. La CNV, además de suspender provisionalmente a la firma, presentó una denuncia judicial por ocultar información financiera al emitir valores negociables, un delito penal con penas de prisión de hasta cuatro años.
La CNV aprobó hoy la RG 1041 relativa a los cheques de pago diferido y pagarés bursátiles en los procesos de canje y/o restructuración de deuda que incluya dichos instrumentos.https://t.co/2rnYSmAIrc pic.twitter.com/pWNGa5x4Cy
— CNV Argentina (@CNVArgentina) December 30, 2024
El impacto no se detuvo ahí. Los Grobo y Agrofina, ambas controladas por el fondo Victoria Capital Partners, informaron que no podrán afrontar pagos de pagarés bursátiles por un total de 10 millones de dólares hasta marzo de 2025. Estas empresas, claves en la provisión de insumos y servicios agrícolas, representan la columna vertebral de la producción moderna en el país, y su crisis ha encendido todas las alarmas.
La nueva normativa de la CNV endurece los requisitos de transparencia en los procesos de reestructuración de deuda. Esto incluye garantizar que los inversores cuenten con información completa y precisa antes de tomar decisiones. En teoría, estas medidas buscan proteger a los inversores y evitar un colapso financiero. En la práctica, sin embargo, la regulación parece más un intento desesperado de apagar incendios que una solución integral a la crisis estructural del sector.
La reestructuración de deuda rural, históricamente más flexible que otros mecanismos financieros, se enfrenta ahora a mayores restricciones. Esto podría generar un doble efecto: por un lado, limitar los riesgos de incumplimiento masivo; por otro, dificultar el acceso a financiamiento para las empresas, profundizando aún más la crisis.
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Mientras el gobierno argentino sigue capturando un 33% de la soja y un 12% de otros cultivos a través de retenciones, el Congreso de Estados Unidos aprobó un paquete de ayuda de 10.000 millones de dólares para sus agricultores, más otros 20.000 millones destinados a compensaciones por desastres naturales. Este contraste expone la falta de una política pública que proteja a los productores nacionales frente a las crisis climáticas y económicas.
En este contexto, las nuevas regulaciones de la CNV parecen ser una respuesta aislada que no aborda el problema de fondo: la sostenibilidad financiera del agro. Sin alivio inmediato, la rueda económica que mantiene al sector agropecuario en funcionamiento está en riesgo de colapsar.
El agro argentino es uno de los sectores más competitivos del mundo, pero también uno de los más expuestos a las crisis. La caída de empresas como Los Grobo no solo impacta en el campo, sino que sacude la estabilidad del mercado financiero. La falta de liquidez en el sector genera un efecto cascada que puede comprometer a otros actores de la economía.
La pregunta central es si estas medidas son suficientes para contener la crisis o si, por el contrario, se convertirán en un freno para un sector que ya está al borde del colapso. El default de estas empresas debería ser un llamado de atención para un gobierno que parece más preocupado por imponer restricciones que por ofrecer soluciones.
El campo "está boqueando", y la falta de una política pública integral amenaza con profundizar una crisis ya evidente. La CNV, al endurecer las regulaciones, busca frenar el efecto dominó, pero sin un plan que incluya alivios fiscales, financiamiento accesible y políticas de apoyo al sector, estas medidas solo postergarán lo inevitable.
La agroindustria, motor histórico de la economía argentina, necesita algo más que regulaciones restrictivas: requiere una estrategia de Estado que permita al sector respirar y recuperarse. El tiempo se acaba, y las consecuencias de no actuar podrían ser devastadoras para todo el país.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/794070-otro-cepo-contra-el-efecto-domino
https://ar.headtopics.com/news/nuevas-regulaciones-para-reestructurar-deuda-en-el-sector-64207834
https://www.clarin.com/economia/empresas-agropecuarias-default-campo-crujiendo_0_ByXL4aRwkX.html
????Una decisión que ha desatado indignación y rechazo, el secretario de #DDHH , Alberto Baños, dispuso el cierre del centro cultural Conti, dejando a sus trabajadores en guardia pasiva y vaciando un espacio clave para la lucha por la verdad y la justicia
— En Orsai (@EnOrsai) January 2, 2025
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