(Por Sofía Arregui) La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló en su último relevamiento una caída alarmante del 11,9% en la actividad del sector manufacturero pyme durante el mes de marzo. Esta tendencia negativa se suma a un acumulado del 19,1% de descenso en el primer trimestre del año, en comparación con el mismo período del año anterior.

El informe también señala un preocupante descenso del 3,4% en la comparación mensual desestacionalizada, lo que indica una persistente incapacidad del sector para recuperarse. Ante esta situación crítica, voces dentro de la industria claman por medidas inmediatas para revertir la tendencia decreciente.

Desde la entidad gremial-empresaria, se ha expresado con contundencia la urgencia de la situación: "Esta coyuntura refleja la gravedad del panorama y la necesidad imperiosa de tomar medidas urgentes para cambiar el rumbo". Es el cuarto mes consecutivo en que la actividad fabril retrocede, y las perspectivas a corto plazo no muestran signos alentadores, según lo manifestado por representantes del sector.

El Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) revela que las empresas relevadas operaron en marzo con apenas el 70% de su capacidad instalada, lo que representa una caída de 0,8 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Esta situación pone en evidencia la dificultad que enfrentan muchas empresas para mantener su nivel de producción sin incurrir en pérdidas financieras.

La preocupación se intensifica al observar que varios sectores manufactureros han experimentado fuertes caídas en la comparación anual, siendo "Papel e Impresiones" y "Químicos y plásticos" los más afectados, con descensos del 27,4% y 20,7% respectivamente. Solo "Textil e indumentaria" muestra un leve repunte, con un aumento del 10,9%.

El panorama se complica aún más al analizar el rendimiento de cada rubro en detalle. Sectores como alimentos y bebidas, maderas y muebles, y metal, maquinaria y equipo, enfrentan caídas significativas en su producción, lo que refleja la gravedad de la situación para la industria pyme en su conjunto.

Ante esta realidad desafiante, el llamado de la industria es claro: se necesitan medidas concretas y efectivas para evitar un deterioro mayor en el tejido productivo nacional y para garantizar la subsistencia de miles de pequeñas y medianas empresas que enfrentan un panorama incierto y desolador.

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