Larreta se vio encerrado en su propio discurso aperturista y de “resistencia” a las medidas tomadas por Nación. Es que dos semanas después, ahora se ve obligado a restringir algunas actividades para tratar de bajar los contagios.

Para tratar de no pagar costo político, Larreta mandó a funcionarios de rango medio para que den respuesta sobre el cambio de actitud.

Fue el propio subsecretario de Atención Primaria de la Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Gabriel Battistella, que afirmó que "ya hay acuerdos de algunas medidas" restrictivas en relación al tránsito y algunas actividades, para mitigar el crecimiento de casos de coronavirus.

Asimismo, dijo que durante el día de hoy habrá nuevos contactos con funcionarios nacionales y del gobierno de la provincia de Buenos Aires para terminar de definir las nuevas medidas que se anunciarán en las próximas horas, ante el inminente vencimiento del último DNU firmado por el presidente Alberto Fernández.

El rotundo cambio de postura se ve por el estallido total de los casos en CABA y por el desborde total del sistema sanitario. En la lucha interna por ganar terreno dentro del PRO, Larreta inmoló su figura y su propia gestión. Algo que celebra Patricia Bullrich y el propio Mauricio Macri.