El gobernador José Manuel De La Sota, en una visita a un programa de TV de Buenos Aires, mostró su peor cara. Esa misma cara que ocultan los políticos que reciben un manual de instrucciones para hablarles a los ciudadanos en plena campaña electoral.

De un tiempo a esta parte, el marketing político se convirtió en una parte fundamental del armado de la plataforma electoral de cualquier político con intenciones de presentarse como candidato a cualquier elección. Una gran cantidad de propagandas dan vueltas por todos los medios de información disponibles (TV, radio, diarios, Internet), todos con una misma misión: instalar al candidato en el inconsciente colectivo de las personas, con el objetivo final de lograr una adhesión en el cuarto oscuro.

Sin embargo hay candidatos que, acostumbrados a evitar las confrontaciones mediáticas, suelen mostrar su verdadera cara cuando se los interpela, se les hace una pregunta incómoda o directamente les tiran con una verdad encima. Es el caso del gobernador de Córdoba José Manuel de La Sota quien, en el programa Intratables demostró, una vez más, que es un lobo con piel de cordero.

Siempre con su sonrisa y tono aparentemente cordial, el cordobés trató de “empleadito” al secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, con quien mantenía una fuerte discusión sobre inseguridad y narcotráfico. Sucede que el gobernador perdió los estribos cuando el funcionario nacional le recordó que el jefe de Drogas Peligrosas de Córdoba, junto a varios policías más, está preso por narcotráfico.

Ante la situación incómoda, notablemente enojado, De La Sota optó por descalificar a su interlocutor en vez de defenderse con argumentos. Claro, el gobernador no está acostumbrado a que le digan tantas cosas en la cara, y mucho menos en Córdoba, donde los periodistas de los grandes medios prácticamente no le hacen ninguna pregunta incómoda.

EL “MANUAL” DE MAURICIO

Esta semana, además, trascendieron algunas “consideraciones discursivas” que los integrantes del frente Juntos por Córdoba (UCR, PRO y Frente Cívico) deben utilizar. “No importa la pregunta del entrevistador, pensar en el oyente y repetir el mensaje que queremos que el oyente escuche”, “No importa hablar de propuestas, importa emocionar a la gente que está escuchando, mostrar a los candidatos humanos, cercanos”, son sólo algunos de los conceptos que predominan en este documento.

Queda más que claro que las palabras que los candidatos utilizan no están libradas al azar. Detrás hay un equipo que les está diciendo exactamente lo que tienen que decir frente al público y los medios. Un claro ejemplo de que a muchos no les interesa verdaderamente “resolver los problemas de la gente” sino más bien, ganar como sea las elecciones que les toque sortear.