En el marco de un contexto económico cada vez más adverso, el reciente relevamiento de sindicatos industriales nucleados en la CSIRA revela una situación desoladora para el sector productivo argentino. Con más de un millón de trabajadores representados y un universo empresarial de más de 60 mil compañías, los datos recabados pintan un panorama sombrío que desafía cualquier expectativa optimista.

Desde la asunción del gobierno de Javier Milei, las empresas han enfrentado un deterioro constante en sus condiciones económicas. Según el 90% de los gremios consultados, la situación ha empeorado drásticamente desde diciembre del año anterior. Este pesimismo se refleja en indicadores contundentes: más del 65% de las empresas han experimentado caídas superiores al 15% en sus ventas y producción, cifra que muestra un deterioro incluso mayor que en mediciones previas.

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La capacidad instalada también presenta números alarmantes: cerca del 40% de las empresas operan con menos del 60% de su capacidad, reflejando una infrautilización significativa de recursos. A su vez, los recortes en los turnos de producción afectan a un 75% de las empresas consultadas, evidenciando una contracción en la actividad industrial que repercute directamente en el empleo y la producción.

El cumplimiento de obligaciones básicas como el pago de salarios y proveedores es otro aspecto crítico. Solo un 56% de las empresas logra pagar los sueldos en tiempo y forma, mientras que el 40% se ve obligado a realizar pagos durante el mes, lo cual refleja una situación de liquidez precaria que impacta en la estabilidad financiera del sector.

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Las expectativas a futuro tampoco ofrecen alivio. El 95% de los consultados anticipa un empeoramiento en los próximos seis meses, aunque con una ligera mejora respecto a mediciones anteriores que indica una leve reducción del pesimismo extremo. Solo un insignificante 5% de las empresas se muestra optimista respecto a mantener la situación actual, destacando un consenso abrumador en cuanto al futuro sombrío que se avecina.

La reciente Ley Bases, presentada como una medida para mejorar las condiciones laborales y productivas, no ha logrado mitigar la crisis según los sindicatos. Más del 65% de los encuestados pronostica un empeoramiento en el funcionamiento de sus industrias, mientras que solo un 20% cree que la ley no tendrá impacto significativo.

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En lo que respecta al empleo, las cifras son igualmente desalentadoras. Casi el 80% de las empresas han realizado despidos desde diciembre, acompañados por suspensiones (60%), retiros voluntarios (80%), jubilaciones anticipadas (35%) y recortes de horas extras (90%), medidas que evidencian un ajuste severo en la fuerza laboral de las compañías.

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— En Orsai (@EnOrsai) July 12, 2024