Aquél recordado 3 de enero el presidente Néstor Kirchner tomó la histórica decisión de pagar la totalidad de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y evitar así la injerencia del organismo en la economía argentina, de modo que ya no pudieran imponernos sus clásicas recetas de ajuste; en una clara muestra de audacia personal, independencia económica y soberanía política.

Hoy la Argentina carga nuevamente el peso de una deuda, esta vez aún mayor que aquella -ya que «ingresaron» 44 mil millones de dólares por dicho crédito- con el FMI, contraída por el gobierno de Mauricio Macri sin la aprobación del Congreso Nacional. Crédito cuyos fondos presentan claros indicios de haber sido fugados fuera del país en el proceso más escandaloso de fuga de capitales que se tenga memoria entre los años 2016 y 2019, algo que está expresamente prohibido según los estatutos del propio organismo multilateral.

Hace dos años que el gobierno nacional mantiene tensas negociaciones con el FMI para definir como serán los pagos, las tasas de interés y el período de gracia que le otorgarán a un país cuya economía interna está delicada como la Argentina, saliendo de una prolongada recesión y de una pandemia que retrasó el proceso de reactivación económica que el gobierno proyectaba y debiendo afrontar pagos a acreedores privados con quienes se llegó a un exitoso acuerdo. En este contexto no es de extrañar que los representantes del pueblo, como Walter Correa se propongan recordar y homenajear tan importante decisión de política económica.

El proyecto entre otros aspectos precisa que: “El 3 de enero de 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner, ordenó el pago total de la deuda contraída durante décadas con el Fondo Monetario Internacional. Coherente con la consigna que lo identificó desde que asumió su mandato en 2003: “Primero se crece, luego se paga”, Néstor Kirchner saldó ese día, con un giro de 9.574 millones de dólares, una de las deudas externas más pesadas que cargaba la Argentina.”

Además de su autor Walter Correa, quién buscará renovar su banca en las elecciones generales del 14 de noviembre, el proyecto contó con las firmas de los y las diputadas: Vanesa Siley; Claudia Ormachea; Carlos Ponce; Pablo Carro; Carlos Cisneros; Carlos Ortega y María Rosa Martínez. Y se espera que muchos y muchas más adhieran.

En un contexto como el arriba descrito es necesario establecer determinados hitos trascendentes para la Nación, como el corajudo acto de Néstor Kirchner aquél 3 de enero de 2006, para que la sociedad actual valore los grandes gestos de sus referentes históricos y para que no se repitan las equivocaciones que nos llevaron a este punto nuevamente. Desde Radio Caput destacamos la importancia de tener la memoria activa, de estar atentos, de ejercer nuestra ciudadanía plenamente y de no dejarnos engañar nunca más por los discursos simplistas y embusteros que, como vemos, nos condenan a la miseria planificada por unos pocos.

A continuación el texto simplificado del proyecto presentado por el diputado Correa:

PROYECTO DE LEY

Al Senado y la Cámara de Diputados:

Artículo 1°: Institúyese el día 3 de enero de cada año como “Día de la Independencia Económica”.

Artículo 2°: La presente ley tiene por objeto informar a la población de la República Argentina sobre la importancia de la cancelación total de la deuda externa contraída con el FMI durante varias décadas, efectuada el 3 de enero de 2006, por el entonces presidente Néstor Kirchner.

Artículo 3°: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El objeto de la presente iniciativa, es informar a la población y homenajear de manera permanente uno de los hechos de mayor trascendencia política y económica realizado desde que como pueblo recuperamos –para siempre- la democracia en 1983; a la vez que solo es comparable con el término del pago total de la deuda contraída en 1824 por Bernardino Rivadavia con la financiera británica Baring Brothers, saldada definitivamente por el entonces presidente Juan Domingo Perón, en el año 1947.

El 3 de enero de 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner, ordenó el pago total de la deuda contraída durante décadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Coherente con la consigna que lo identificó desde que asumió su mandato en 2003: “Primero se crece, luego se paga”, Néstor Kirchner saldó ese día, con un giro de 9.574 millones de dólares, una de las deudas externas más pesadas que cargaba la Argentina.

El pago de la misma, no solo reintrodujo a la Argentina en un esquema de independencia económica, que invariablemente redundó en soberanía política –y por lo tanto- en mayor justicia social. Proyectó el futuro de millones de argentinos y argentinas, puesto que los altos intereses que se pagaban solo de esa deuda con el organismo multilateral, equivalían a posponer una batería de políticas educativas, productivas, sociales, científicas, de salud, culturales, de seguridad y deportivas, necesarias para poner a la Argentina de pie.

Lamentablemente para los intereses estratégicos de la Argentina, como para su pueblo en general, y las nuevas generaciones en particular, el expresidente Mauricio Macri reintrodujo a nuestro país a la sumisión que impone el FMI. Finalizado su mandato en 2019, Argentina se vio envuelta en una mega-deuda de 44 mil millones de dólares, solo con ese organismo multilateral de crédito.

Como en otro acto de una farsa de la tragedia económica y política que afecta al país desde producido el golpe cívico-militar de 1955 en adelante, la Argentina se ve hoy nuevamente sometida a intereses foráneos, pero negociando con dignidad para que las necesidades de nuestro pueblo continúen siendo prioritarias.

No es casual que los pasajes de la historia económica nacional, se definan por políticas de sometimiento o de soberanía patriótica, según quien gobierne. Más aún: qué intereses representa cada Gobierno de turno.