Al ser cuestionada por no declarar un robo a su casa ocurrido en noviembre del año pasado y revelado esta semana, la vicepresidenta entró en un pantano de “explicaciones” sobre el origen de los 245.00 pesos y 50.000 dólares que llegaron hasta la Fundación SUMA.
Redacción // Viernes 22 de julio de 2016 | 13:58
Dentro de los benefactores y aportantes de la Fundación SUMA -presidida por Gabriela Michetti- se encuentra “Grupo Farallon”, de Eduardo Ramón Gutiérrez, un personaje particular. Además de propietario del Grupo Farallón y socio de Nicolás Caputo, Gutiérrez es también el dueño de la casa que ocupaba José López -sí, el de los bolsos de dinero y el convento- antes de ser detenido.
Sin embargo, al ser consultada sobre el grupo que aporta una cuantiosa suma a su fundación la vicepresidenta pudo darse el lujo de retrucar "no sé qué cuernos es Farallón", porque ya sabemos, a caballo regalado no se le miran los dientes. De hecho en diciembre pasado -siete días después del robo sufrido en su propia casa- Michetti y la fundación SUMA realizaron un acto en la Sociedad Rural al cual asistieron los ricos y famosos del país. Entre ellos, claro, Macri, Michetti, su generoso novio y desde ya los aportantes como Gutiérrez, entre otros.
Michetti tuvo el privilegio de posar frente al banner con los logotipos de todas las "empresas a las que les interesa el país" tal cual rezara el slogan del recordado Tiempo Nuevo. Una de ellas era el Grupo Farallón.
“Si en su momento declaré lo que declaré ante la Justicia, es porque tenía absoluta tranquilidad del origen de los fondos. Tengo la conciencia en paz“, declaró Michetti en estado zen, al tiempo que se jactó: “Estoy segura de que soy una de las políticas con menos patrimonio en el país. Mi declaración [jurada] es siempre la misma. No he crecido en patrimonio”.
No obstante, según la última declaración jurada que presentó Michetti ante la Oficina de Corrupción (OA), la vicepresidenta tuvo un incremento patrimonial del 708% sólo durante 2015. Dudas y más dudas que crecen mientras los medios hegemónicos miran hacia otro lado.
Fuente: Mariana Escalada. Nuestras Voces