Los despidos tomaron por sorpresa a los obreros y al gobernador Weretilneck, quien en forma inmediata dio órdenes para que se no se transfieran los subsidios que habían sido acordados pocas semanas atrás.

La empresa entró en un plan de ajuste semanas atrás, y por el preventivo de crisis, los trabajadores despedidos cobrarán la mitad de la indemnización.

Según había anunciado la empresa el mes pasado, en virtud de la crisis financiera por la que atraviesa y por la caída del precio del hierro en el mercado internacional, estaba establecido un ajuste sobre su planta de personal de 423 personas.

En la localidad se esperaba que la medida sea revisada, porque una comisión especial que integraron funcionarios y la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) se encargó del tema, y el gobierno provincial había ofrecido cubrir costos de funcionamiento de la minera por un año, por un monto cercano a los 40 millones de pesos, a cambio de no despedir personal. El aporte de Ejecutivo no era en efectivo, sino que se traducía en la suspensión del cobro de tasas, impuestos y servicios.

Pero pese a la propuesta estatal, los despidos empezaron ayer, concentrándose en los sectores de Mina y Concentración. Los trabajadores se fueron enterando a medida que ingresaron en el turno de la mañana y se creía que habría más telegramas en el turno noche.

Con una población cercana a los 12.000 habitantes, la minera es la empresa que más personal tiene en Sierra Grande: representa aproximadamente el 10% del total de los trabajadores del sector público y privado de la ciudad.

Cuando se anunció la quita de retenciones a la minería, el presidente Mauricio Macri enfatizó la necesidad de crear más trabajo, y que las medidas se alinearían con la necesidad de “generar empleo de calidad, que es el único camino hacia el compromiso que asumimos, que es trabajar por una Argentina con pobreza cero”, y que para esto, “hay que emprender y poner en valor las capacidades” del país. No parece haberse cumplido la promesa.