El temporal político que desató la fuga de los condenados por el triple crimen de Rodriguez sigue azotando al gobierno de Vidal. La estrategia fundamental es deslindar responsabilidades para aparecer como meras víctimas de su propia impericia.

En este caso, Ritondo apuntó contra el Servicio Penitenciario Bonaerense y la DDI de Quilmes por todo lo ocurrido. Además de la fuga de penitenciarios, el escándalo se agravó cuando supuestamente estaban cercados en Ranchos y luego de varias horas siguen sin dar con los fugados.

En declaraciones a Radio Mitre, el ministro de seguridad bonaerense se atajó: "Desde el primer momento dijimos que esto era imposible sin la complicidad del Servicio Penitenciario Bonaerense". En ese marco, agregó que “la DDI de Quilmes no ha sido colaborativa”.

Es que cada vez que se confirman nuevos datos sobre el paradero de los fugados, en el gobierno de Vidal vuelven a recibir un vendaval de críticas por la falta de políticas concretas para dar con los fugados.

Una de las estrategias predilectas del PRO fue la victimización desde el nacimiento mismo como fuerza política. Ahora como gestión buscan darle continuidad a la estrategia para quedar como meras víctimas en las supuestas complicidades de las fuerzas de seguridad y autoridades judiciales.

Entre las irrisorias versiones volcadas por el oficialismo en los medios de comunicación se mencionó que el propio Aníbal Fernández era el responsable de proteger a los fugados. El mismo perjudicado por las declaraciones de Lanatta sería el encargado de facilitar la fuga y proteger a los mismos para que eludan a la Justicia.