
El FMI presentará la semana próxima su informe global de “previsiones” sobre la economía mundial, y en el capítulo 4 del mismo detalla las economías más endeudadas, a pesar de que justamente ese organismo sigue siendo promotor de las políticas que tienen como objetivo endeudar a un país para hacerlo dependiente de sus recetas ortodoxas.
Redacción En Orsai // Miercoles 01 de octubre de 2014 | 19:17
El poco honroso ranking lo encabeza Estados Unidos, que sufre una deuda externa de 5 billones y medio de dólares.
Segundo, lo sigue España, que al mando del Partido Popular de Mariano Rajoy -que tanta admiración despierta en el PRO de Mauricio Macri- llegó a un 1,4 billón. Pero además, esa deuda representa el 103% del PBI (Producto Bruto Interno) español.
Mientras tanto, los principales acreedores del mundo son Japón (3 billones de dólares), China y Alemania (1,6 billones).
A pesar de su nefasto historial para los países de nuestra región, ahora el FMI dice que este tipo de desequilibrios debe evitarse. “Los riesgos sistémicos derivados de los desequilibrios globales han disminuido”, asegura el organismo manejado por Estados Unidos, pero “reducir los préstamos externos en las economías acreedoras requiere mejoras en los balances por cuenta corriente y un crecimiento más fuerte”.
Pero esto no es todo. Ahora el FMI pide que los Estados (inversión pública) se involucren en la economía, porque, les promete, “los costos de endeudamiento son bajos y la demanda es débil en las economías avanzadas, y en muchos mercados emergentes y economías desarrolladas existen limitaciones en materia de infraestructuras”.
Aunque el pedido no deja de traslucir la verdadera intención: que el Estado beneficie a los privados. “Las infraestructuras públicas son una contribución indispensable para la producción económica, que además es altamente complementaria con otras contribuciones como el empleo y el capital privado”, dice el informe.
“Cortes energéticos, insuficiente abastecimiento de agua o carreteras en mal estado afectan negativamente a la calidad de vida de la gente e imponen barreras significativas para el trabajo de las empresas”, asegura el FMI, antes de su próxima asamblea anual a realizarse la próxima semana.