
La industria siderúrgica argentina atraviesa un momento de crisis alarmante. Ferroglobe, la emblemática planta de ferroaleaciones ubicada en Luján de Cuyo, Mendoza, anunció la suspensión de sus operaciones desde febrero, siguiendo el destino de otras empresas como Acindar.
Walter Onorato // Jueves 16 de enero de 2025 | 07:12
La compañía, afectada por la recesión económica, la caída en el consumo y el ingreso de productos importados, no tiene fecha definida para retomar la producción. Este panorama desnuda las falencias de un modelo económico que, bajo la gestión de Javier Milei, sigue priorizando la apertura indiscriminada del mercado por encima de la protección de la industria nacional.
Ferroglobe Argentina SRL confirmó lo que muchos temían: a partir del 1 de febrero, su única planta activa en el país cesará operaciones. Según un comunicado oficial, la medida responde a un “exceso de inventario de producto terminado” y se aprovechará para realizar tareas de mantenimiento en los hornos. Sin embargo, detrás de la tecnicidad del comunicado, la realidad es mucho más cruda: la baja de ventas, tanto a nivel nacional como global, ha dejado a la empresa sin capacidad de sostener sus operaciones.
La crisis de Ferroglobe no es un caso aislado. Acindar, otra gigante de la industria siderúrgica, también enfrenta problemas severos. Aunque revertió temporalmente el despido de 70 operarios, la incertidumbre sigue latente. Ambas compañías son víctimas de un contexto que combina recesión económica, caída del poder adquisitivo y una política de importaciones que amenaza con destruir lo poco que queda de la industria nacional.
En este marco, el gobierno de Javier Milei ha brillado por su ausencia. Lejos de impulsar medidas que fomenten la producción y protejan el empleo, su administración se ha enfocado en profundizar la apertura de mercados, una estrategia que, aunque aplaudida por los sectores financieros, resulta letal para las empresas locales.
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Uno de los mayores desafíos para Ferroglobe ha sido el costo de la energía. La planta de Luján de Cuyo, que opera desde 1973, utiliza hornos Demag Technology de 25 MVA, diseñados para la producción de ferroaleaciones como silicio cálcico y ferrosilicio, procesos altamente electrointensivos. La compañía ha solicitado al gobierno nacional una tarifa especial para industrias de alta demanda energética, pero las respuestas han sido, como mínimo, insuficientes.
El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y la Secretaría de Energía han prometido trabajar en conjunto con la empresa para encontrar una “solución de largo plazo”. Sin embargo, estas promesas chocan con la realidad de un gobierno nacional que prioriza recortes y ajustes por sobre el desarrollo industrial.
La política económica de Javier Milei, basada en un liberalismo extremo, ha intensificado los problemas de las empresas locales. La apertura indiscriminada del comercio exterior ha facilitado el ingreso de productos importados, especialmente desde China, desplazando a las producciones nacionales.
El caso de Ferroglobe pone en evidencia las consecuencias de este modelo: una empresa con décadas de trayectoria, empleos de calidad y una estructura productiva avanzada, ahora está al borde del colapso. El gobierno, mientras tanto, continúa ignorando las advertencias de los sectores industriales.
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Milei ha defendido la desregulación y el achicamiento del Estado como las bases de su gestión. Sin embargo, este enfoque está desangrando a la industria nacional. Las empresas necesitan apoyo real: tarifas energéticas competitivas, financiamiento accesible y, sobre todo, una política de protección frente a la avalancha de importaciones.
El cierre de Ferroglobe es un golpe devastador para Mendoza, una provincia que depende de su industria para sostener el empleo y la economía local. Pero el impacto trasciende lo regional. La parálisis de esta planta simboliza un problema mucho mayor: el abandono del sector productivo por parte del gobierno nacional.
El optimismo de la empresa en “encontrar soluciones” contrasta con la desidia oficial. Sin políticas públicas que prioricen la producción local, el panorama para la industria argentina seguirá siendo desolador.
La pregunta que Milei no puede esquivar es simple: ¿hasta cuándo puede sostenerse un modelo que sacrifica la industria, el empleo y la soberanía económica en nombre de un liberalismo que beneficia solo a unos pocos?
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/797138-suspensiones-en-la-siderurgia
? "Amnistía a Bullrich: 'Los abusos tocan nervios'. ???? Gas, represión y evidencia ????: 1.100 heridos y niños reprimidos. ¿Quién teme a la verdad?
— En Orsai (@EnOrsai) January 15, 2025
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