Cuando Macri se metió en política, su familia se desprendió de los negocios con el Estado, al menos en lo formal. Fueron adquiridos por un grupo empresario encabezado por Calcaterra

Mauricio Macri recorrió esta mañana, junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi, el obrador del soterramiento del ferrocarril Sarmiento que une Once con Moreno.

Es que una de las empresas del consorcio que trabajará en el proyecto del soterramiento es italiana. Se trata de Ghella, de la que es socio Ángelo Calcaterra, quien además de ser primo de Macri es dueño de Iecsa, otra de las cuatro empresas que integran el consorcio.

No se trata del primer beneficio que obtuvo Calcaterra de la mano del actual presidente. En la capital de Córdoba, Macri ya dio el aval para que la provincia pueda acceder al financiamiento externo que está en juego para las obras de los gasoductos troncales por casi $ 9.000 millones, que fueron recientemente adjudicadas a tres empresas.

La primera de ellas es Iecsa, la empresa piloteada por Angelo Calcaterra, el primo hermano de Macri, que de hecho es la firma que pertenecía a Franco Macri y compró en 2007 cuando el actual Presidente fue electo jefe de Gobierno.

¿Pero quién es verdaderamente Calcaterra? Cuando Macri se metió en política, su familia se desprendió de los negocios con el Estado. En las formalidades. A principios de 2007, Iecsa y sus desprendimientos fueron adquiridos por un grupo empresario encabezado por Calcaterra, un arquitecto que durante seis años se desempeñó como gerente general de Sideco (la nave insignia del Grupo Macri) y que es además hijo de la hermana de Franco Macri. Iecsa hace obra pública desde hace cinco décadas.

Así, la estrategia de Macri parece ser beneficiar alternativamente a dos de sus empresarios favoritos, ambos integrantes de su mesa chica de asesores. Porque además de Calcaterra, el otro contratista beneficiado por el presidente es el constructor Nicolás Caputo, amigo de la infancia de Macri.

Hace un par de semanas, el gobierno de Mauricio Macri le adjudicó a la constructora de Nicolás Caputo la obra civil para la instalación del reactor nuclear RA-10.

La firma de Caputo recibirá del Estado 797 millones de pesos por llevar adelante la edificación. Las otras empresas que participaron en la licitación fueron Iecsa, de Angelo Calcaterra, y la constructora del Grupo Petersen, de Enrique Ezkenazi.

Mauricio Macri había asegurado que su amigo Nicolás Caputo no sería beneficiario de ninguna obra del Estado, con el objetivo de cuidar la transparencia de las cuentas públicas. Ya incumplió su promesa, y parece decidido a alternar beneficios entre sus empresarios amigos y "testaferros", según señalan desde la oposición.