El presidente Mauricio Macri dijo que Argentina debe dejar de ser "el granero del mundo y pasar a ser el supermercado del mundo", justo lo contrario que sus políticas económicas indican. La semana pasada le quitó las retenciones a la exportación de cereales y devaluó el peso, lo que genera que aquellos que vendan sólo semillas ganarán más dinero, y más aún si las exportan, ya que obtendrán dólares.

Los dichos del mandatario se produjeron en un encuentro con productores rurales en un establecimiento agrícola ubicado a 20 kilómetros de Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes, donde estuvo acompañado por el gobernador Ricardo Colombi y por los ministros de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y de Interior, Rogelio Frigerio.

También fueron de la partida el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; y el senador entrerriano Alfredo De Angeli, entre otros legisladores e intendentes de diversas localidades correntinas.

En ese contexto, Macri señaló la necesidad de dar "valor agregado" a lo producido en las distintas regiones del país, pero sus dichos quedaron en las buenas intenciones, -manifestadas también para otras áreas- pero sin estímulos concretos.

Con qué motivo un productor agropecuario invertiría en industria (es decir en darle valor  sus productos) si con la quita de retenciones y el aumento del dólar, exportando semillas hace una gran diferencia económica.

No obstante, según Macri "llegó la hora" de conformar "un gran equipo" para que "no haya un argentino que quede en la exclusión, en la pobreza".

“Todas las reformas y los anuncios que hicimos en los últimos días tienen que ver con que nos preocupa, empezando por el pequeño productor, el trabajador, que haya oportunidades de trabajo y podamos poblar equilibradamente nuestro querido país de la mano del desarrollo del campo”, dijo el presidente, quien no aclaró de qué manera las medidas tomadas, que benefician más a quien más tiene, podrían cumplir los objetivos que anunció.

Por lo pronto, desde las entidades agropecuarias que velan por los chacareros más pequeños dijeron no estar conformes con las decisiones tomadas porque no diferencias entre productores chicos y grandes.

Según dijo, Macri quiere que "cada correntino que haya abandonado la provincia por falta de trabajo pueda volver. Para eso es tan importante que al esfuerzo que ponen los trabajadores rurales, el mismo compromiso esté por parte de los empresarios y de los grandes productores porque de la mano de este tipo de inversión es que vamos a poder agregar valor y generar mejores trabajos”, puntualizó el jefe de Estado quien no hizo referencia alguna a que el sector agropecuario es el de más trabajo en negro o informal.

Por su parte, el ministro del Interior dijo a la prensa que “el campo es un motor de la Argentina" y agregó: "Lógicamente primero tuvimos que liberarle la sala y ahora resta que crezca y que ayude a la integración social en la lucha contra el hambre y la pobreza”.

Frigerio se expresó así en contra de lo dicho a la mañana por el ex presidente de facto Federico Pinedo, quien había sostenido que sería “ridículo” decir que el gobierno de Macri es neoliberal. En este sentido, expresar –como lo hizo el ministro- que primero hay que tomar medidas para que se enriquezcan los que más tienen para que luego se produzca el derrame, es una clara política neoliberal.

En tanto, su par de Agroindustria, indicó que “ser el granero del mundo es exportar materia prima y aportando valor agregado entendemos que estamos generando empleo para los argentinos, que es lo que nos hace falta”.

Entre los anuncios, Buryaile dijo que “regresará a la Oncaa (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario)" y que "desaparecen las ROE (Registro de Operaciones de Exportación) por lo que no habrá más trabas para exportar”.