Si bien se confirmó la victoria de Lifschitz como gobernador de Santa Fe por casi 1800 votos, Miguel del Del no se resigna y pide que, a dos semanas de los comicios, voten "4000 policías a los que no se les permitió". PRO va por el voto cobani.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Miercoles 24 de junio de 2015 | 14:29
El socialista Miguel Lifschitz se impuso por apenas 1776 votos como gobernador de Santa Fe, 352 menos que en el recuento provisorio. Así el partido conducido por Hermes Binner se aseguró un tercer mandato en la provincia.
La derrota en Santa Fe significa un duro golpe para el PRO y para las ambiciones presidenciales de Mauricio Macri.
De hecho, el macrismo no reconoció la derrota y advirtió que no lo hará hasta que no se resuelvan las impugnaciones presentadas por el partido y mientras no se les permita votar a los policías que, según denuncia el partido de Mauricio Macri, no pudieron votar en las elecciones del 14 de este mes.
Luego de horas de silencio mediático, el macrismo contraatacó a través del propio Del Sel, quien lejos de aceptar la derrota pidió que "se resuelvan las impugnaciones pendientes" en la justicia electoral y que los "casi 4000 policías a los que no se les permitió votar" puedan hacerlo.
"Si después de esto gana [Miguel] Lifschitz, le daremos la mano y le desearemos suerte. Yo voy a seguir viviendo en Santa Fe", dijo un serio Del Sel varias horas después de conocida la diferencia de 1776 votos en favor del socialismo.
Así, el ex Midachi apuesta a volcar la elección en su favor con una jugada desesperada y muy improbable: que le permitan votar a 4 mil policías, casi dos semanas después de las elecciones.
En esa demanda se infiere que Del Sel supone que las fuerzas de seguridad lo prefieren a él, antes que a Lifschitz o al peronista Omar Perotti.
Si bien todavía no reconocieron la derrota, dentro de Pro reconocen que hubo algunos chispazos entre Del Sel y su jefe de campaña, el electo legislador provincial Federico Angelini, como forma de justificar la derrota.
Sobre el futuro de Del Sel, no hay demasiadas certezas, sobre todo a la luz del antecedente reciente del propio humorista, quien el año pasado renunció a su banca en el Congreso para ir por la gobernación.