TRISTEZA

Ex vicepresidente de Arsat: "No puede haber soberanía satelital con Macri, sí con Cristina".

El Ministerio de Comunicaciones le genera competencia a la propia empresa que dirige: Arsat

Ex vicepresidente de Arsat:

http://www.nos-comunicamos.com.ar // Lunes 27 de febrero de 2017 | 10:35

(Por Beatriz Chisleanschi (Especial para Motor Económico ()) El 30 de septiembre de 2015 al producirse el lanzamiento al espacio del Arsat 2, la entonces presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner expresó “Quiero decirles a todos los argentinos que el futuro ha llegado. Hoy lo vimos despegar y en el Parlamento lo vamos a institucionalizar para que nadie más le pueda robar el futuro a ningún argentino”.

Ese futuro había comenzado a diseñarse en el año 2006 cuando el ex presidente Néstor Kirchner envía al Congreso un proyecto de ley que fue aprobado y sancionado bajo el número 26.092 y cuyo objetivo era brindar servicios satelitales a todo el país, pero con una particularidad: los mismos debían ser nacionales en su diseño y fabricación. Así fue como se creó la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT).

El 10 de diciembre de 2015 asume la conducción del país, la Alianza Cambiemos, tan sólo dos meses y días posteriores al lanzamiento del ARSAT 2 y el futuro que se preveía, comenzó a desplomarse.

GUILLERMO RUS

La cronista, conversó con Guillermo Rus, ex vicepresidente de Arsat y actual director del portal Latam Satelital, quien detalló las formas en que el gobierno de Macri maneja hoy el Proyecto Arsat.

“Argentina a partir de la creación de Arsat pudo construir una industria de alto valor agregado. Empezó a ingresar en la industria compleja donde están los norteamericanos, los rusos, los europeos, los japoneses y los chinos. Una industria que crece muy rápido y que tiene un futuro prometedor porque la vida va a ser interplanetaria.”-señaló

¿Qué beneficios trajo la sanción de la ley 26.092 al país?

GR: A partir de la ley de creación de Arsat, que decía que las posiciones orbitales tenían que protegerse y brindar servicios en esas posiciones con satélites hechos en el país, surge la posibilidad de que la empresa pública de tecnología ubicada en Río Negro, Invap trabaje en el diseño de esos satélites. Eso afectó en forma directa a cientos de personas, tal vez no en forma constante, pero para el Arsat 1, en el que se invirtieron alrededor de 50 millones de dólares, se dedicaron un millón de horas hombre, según se estima. Eso generó una fuente laboral importante, no sólo para quienes trabajaban en el Invap, sino que habilitó el desarrollo de una serie de Pymes que trabajaron sobre diversos temas en la construcción del Arsat. Es decir se armó un entramado que fue conformando una industria.

¿Cuáles son los beneficios que trae a la población el desarrollo de la industria satelital?

GR: En principio, hay cosas que forman parte del patrimonio común de todos los argentinos, que si bien no afectan en la vida cotidiana, tienen que ver la explotación económica y social de nuestros recursos, es decir con nuestra soberanía.

Las posiciones orbitales permiten brindar servicios por medio de los operadores que ponen sus satélites en estas posiciones y que son los que ofrecen internet, señales de video o televisión satelital. Si Arsat no estuviera no es que la gente deja de tener esos servicios, podrían contratarse en otro lado, pero siempre tener un operador nacional es una mejora sustancial.

¿Cuál es la incidencia que tiene entonces acuerdos como el que acaba de cerrar el gobierno con Hipasat ?

GR: Lo que me parece más complejo es el tema de la inseguridad jurídica, acá lo que se está haciendo es pasar por arriba la normativa vigente. Hay una determinada normativa que en su espíritu busca proteger al operador satelital, puede tener cosas cuestionables pero es la que tenemos. Si se autorizan satélites en forma arbitraria pasando por arriba de esa normativa nos genera un descalabro. ¿Por qué se autorizan los satélites de Eutelsat francesa que tiene un acuerdo de reciprocidad con México si nosotros no ofrecemos servicios a México? Hipasat, se autoriza haciendo referencia a un acuerdo de reciprocidad con España. Argentina no tiene posibilidad física de vender servicios en España. Entonces, ¿cuál es el criterio que se está usando? Hubiese sido preferible que cambien la normativa, con lo que no estoy de acuerdo, y que lo que se haga sea en el marco de una normativa vigente y clara. Porque así se puede autorizar cualquier satélite y Arsat no puede vender su capacidad porque la oferta muy grande por tanto, perjudica a nuestro operador satelital en sus objetivos comerciales. Pero creo que en estos momentos esos objetivos están siendo más perjudicados por inactividad que por la contratación de otros satélites.

¿La inactividad tiene que ver con esas concesiones o hay una intención encubierta de privatización que apunta a la colonización del espacio satelital argentino?

GR: Si miramos al Ministerio de Comunicaciones (cuyo titular es Oscar Aguad) como un todo, es lo mismo, yo habilito a que otro ofrezca sus servicios y no ofrezco parte de los míos. Si lo pensamos como dos instituciones distintas, tenemos a Arsat como empresa comercial y al Ministerio de Comunicaciones que le genera competencia a la propia empresa que dirige.

Pero hay otra cuestión. Arsat 2 se lanzó con el 30% de la capacidad pre-vendida, se tenían tres clientes por lo que al lanzarlo migrábamos esos clientes, dejábamos de pagar una renta y el satélite comenzaba a funcionar con alguna ocupación. El gobierno actual dijo que el satélite estaba vacío y que en dos semanas de increíbles gestiones lograron llenarlo. Fue vergonzoso. De ahí en más vendieron sólo 18 megahertz a Torneos y Competencias, entonces tampoco es que luego hubo gran explotación comercial, no hicieron casi nada. Es esa inacción la que genera más problema a Arsat que la llegada de otros competidores. Si Arsat se gestiona con una mirada de empresa, podría haber vendido más capacidad, pero eso es lo que falta y que creo que tiene que ver con el modelo político-económico del macrismo.

Y además de la inactividad del 1 y el 2, ¿en qué quedó el Arsat 3 y lo que firmó el ministro de Ciencia y Técnica, Lino Barañao para el desarrollo del 4?

GR: El 1 cuando se lanzó, se llenó completamente porque estábamos en una posición con un satélite alquilado, migramos todo y se llenó automáticamente. Con el 2 fue distinto porque no es que teníamos otro satélite ahí, sino que llevamos los clientes, era una posición no explotada. El Arsat 3 incursionaba en lo que era la Banda K que es un tipo de frecuencia que permite tener internet hogareño con un mayor ancho de banda y disminuir el costo que puede tener para una persona. Actualmente lo que se ofrece es en Banda KU (banda con los que opera el espectro, se usa mucho para conectividad), que es con lo que opera Arsat 1 y 2. Arsat 3 estaba entrando en el mercado de la Banda K que provee de conectividad a zonas rurales o de menos densidad poblacional. Ese era el primer punto de la Ley 26.208 de la Industria Satelital, que contemplaba ocho satélites, dos eran en reemplazo del Arsat 1 y Arsat 2, cuatro más eran para ampliar la flota de Arsat (para eso lo que hoy es el Ministerio de Comunicaciones que en ese momento era el AFTIC tenían que moverse para conseguir esas posiciones orbitales). Arsat3 iba a ir a la misma posición, algo que estaba relativamente encaminado y el Ministerio de Ciencia tenía que trabajar en mejorar la competitividad de la plataforma y lo tecnológico, pero todo quedó en la nada. Hasta donde sé, las autoridades actuales de Arsat quisieron avanzar con el satélite y les dijeron que no, que debían asociarse con un privado, o sea privatizar.

¿Estados Unidos es el país que tiene mayor soberanía en materia satelital?

GR: Sí, el presupuesto de la NASA creo que está en 20.000 millones de dólares, Europa está en la cuarta parte de eso, Rusia debe tener algo intermedio y China como en todo arrancó tarde, se metió en todas las líneas, duplicó todas sus cosas y de a poco van abriendo a que los privados ingresen, pero una vez que consolidan las tecnologías. En el caso argentino no es así, no dejaron que madure. No es un momento para invertir, es el momento para ir generando las bases , después cuando sea más competitivo tal vez sí se puede pensar en privados, pero en este estadío no, abrirlo es para que venga la tecnología de afuera.

Con el objetivo de consolidar el desarrollo de la industria satelital argentina, el Congreso aprobó en el año 2015 el Plan Satelital Geostacionario Argentino 2015-2035, que fue sancionado como Ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital.

Al 10 de diciembre de 2015 Arsat contaba con los dos satélites diseñados y construidos en Argentina, 88 estaciones de Televisión Digital Argentina (TDA) terrestres lo que permitía cubrir el 80% de la población. A la par se había iluminado unos 11 mil kilómetros de fibra óptica que ya se encontraban en servicio y el proyecto de iluminar los 25 mil restantes durante el año 2016.

¿Qué pasó con todo lo proyectado?

GR: Arsat tenía tres proyectos: los satélites, la TDA y la red de fibra óptica. Los satélites ya estaban lanzados y la inversión hecha. La TDA tiene su componente terrestre y satelital y ya se estaba en la última fase del despliegue terrestre, con servicio en todo el país. La diferencia entre el terrestre y el satelital es que en el primer caso el mayor costo es la inversión en la torre, y es muy barato respecto al receptor porque el televisor ya tiene sintonizador y con una antena chiquita ya se recibe señal. En el satelital no hay inversión pero poner una antena satelital es más caro porque el decodificador no viene en el equipo y hay que colocar un plato como es el caso de DirecTV y eso requiere más costo de mantenimiento. La TDA terrestre ya estaba funcionando. Por otro lado está la red de fibra óptica que de los 36 mil km que se construyeron había 11 mil iluminados, y el actual gobierno hizo una cosa vergonzosa, inicialmente dijeron que eran 5 mil y luego de un mes adujeron que gracias al trabajo realizado habían iluminado 6 mil más y llegado a los 11 mil. De los 3.500 millones de pesos que se necesitaba para el despliegue de lo que faltaba de la TDA y de electrónica de la red de fibra, el gobierno de Macri, sólo destinó 500 millones de pesos. Lo que hicieron entonces fue recortar 20 de las 35 estaciones de TDA que había, frenaron los planes de acceso que eran los que le acercaban los decodificadores a la gente y no invirtieron nada más. Movieron lo que tenían muy livianamente y después volcaron los recursos operativos a financiar la otra parte bajo la excusa de la mala comercialización. Tiraron humo mediático apalancado por Clarín y La Nación, pero la realidad es que vetaron los satélites, recortaron los fondos y lo pusieron en otras cosas. Es un escenario análogo al de Aerolíneas Argentinas.

¿Esto puede tener que ver con una falta de interés en la soberanía del país en general?

GR: No puede haber soberanía satelital con Macri, sí con Cristina. Se puede tener objeciones o verlo de distinta manera, pero respecto a la política industrial satelital no sé quién puede haberse sorprendido que en un caso iba a fluir y en el otro no.

Tomándome de lo dicho por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, te pregunto ¿El futuro llegó hace rato o ves en el futuro repetir el pasado?(1)

GR: No, lo estamos repitiendo. En estos catorce meses repetimos el pasado de la Argentina agroexportadora . Si bien se está sintiendo en todas las áreas, en algunas las voces se levantan, acá nos faltó consolidar el sector como para que la reacción sea más sólida y se pueda de alguna forma evitar un giro o más aún, un freno tan brusco.

(1) En referencia al tema de Los Redondos de Ricota “Todo un palo” y al tema de Cazuza que versionó Bersuit Vergarabat “El tiempo no para”

(*) Editora de Motor Económico. Periodista. Lic. en Ciencias de la Educación. Capacitadora Foto: Motor Económico.

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