
Una encuesta muestra cómo el papa Francisco, principalmente en base a su política gestual, consiguió lavar la cara de una institución anticuada y desprestigiada como la Iglesia católica.
Andrés Brown - En Orsai // Jueves 13 de marzo de 2014 | 14:37
A un año de haber asumido como jefe de la Iglesia católica, una encuesta de Poliarquía Consultores revela que el papa tiene una imagen positiva del 93% entre los argentinos.
Según los consultores de cabecera del diario La Nación, la imagen negativa del papa prácticamente desapareció: no supera el 1%.
Pero el dato más significativo de la encuesta refiere al cambio de percepción social sobre la Iglesia.
El 69% de los encuestados afirmó que Francisco está provocando grandes cambios, el 76% cree que los generará en el futuro y, por último, el 56% sostuvo que, a partir de la elección de Jorge Bergoglio, hoy confía más en la Iglesia.
Pero hay más efecto blanuqeo: el 73% de los católicos dice ver "grandes cambios" en la Iglesia tras la elección de Francisco, pero también un porcentaje considerable de no católicos (54%) considera lo mismo.
Hacia el futuro, la expectativa es aún mayor: 76% de los argentinos estima que el Pontífice provocará "grandes cambios" en la Iglesia, 17% espera "cambios moderados" y sólo 5% vislumbra "pocos cambios".
Y el 42% de los encuestados que reconocieron no ser católicos indicaron que confían más en la Iglesia "ahora que Francisco es papa".
Así, el objetivo político del Vaticano parece haberse cumplido por demás: la elección de un latino, jesuita, peronista, con vasta experiencia tanto en la acción territorial, como en las intrigas y hasta en la performance gestual le rindió sus frutos a la Iglesia.
Una institución milenaria, siempre un paso por detrás de su época, consiguió con la designación de Jorge Bergoglio limpiar su imágen sin producir demasiados cambios en su propuesta moral y doctrinaria.