(Por Santiago Rios) El pasado 29 de mayo, durante la celebración del Día del Ejército Argentino, Villarruel proclamó en la red social X, anteriormente conocida como Twitter: "Orgullosa hija de un militar que vistió el uniforme de la Patria y la defendió contra los terroristas del ERP en el monte tucumano". Este mensaje no es simplemente un reconocimiento a su padre, sino una declaración de principios que resuena con una ideología que justifica y celebra la violencia estatal bajo el pretexto de la defensa nacional.

El contexto histórico en el que el padre de Villarruel actuó fue uno de los más oscuros de la historia argentina, marcado por la brutal represión y la desaparición forzada de miles de personas durante la dictadura militar. La defensa de estas acciones, bajo el manto de combatir al "terrorismo", ignora el sufrimiento y las violaciones de derechos humanos que el estado infligió a sus propios ciudadanos.

Durante el reciente debate de vicepresidentes, Villarruel, influenciada por un fervor político comparable al de la trotskista y fundamentalista Myriam Bregman, recurrió a una acusación de lesa humanidad contra Milani relacionada con la desaparición del soldado Ledo. Esta acusación, que ya había sido desestimada en los tribunales, fue utilizada como una herramienta política para desacreditar a Milani, ignorando su absolución de culpa y cargo.

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La ironía de esta situación es evidente. Villarruel glorifica a su padre por combatir a los "terroristas" en el monte tucumano, mientras que utiliza el mismo marco histórico para atacar a Milani. Si Milani no fuera un defensor de la doctrina peronista, sino un liberal apátrida, Villarruel y su círculo político lo habrían considerado un héroe por las mismas acciones que ahora condenan. Esta doble moral expone la manipulación descarada de los principios para ajustarlos a una narrativa política conveniente.

El pasado 29 de Mayo, en la celebración del día del Ejército Argentino, Victoria Villarruel envió el siguiente mensaje:

“Orgullosa hija de un militar que vistió el uniforme de la Patria y la defendió contra los terroristas del ERP en el monte tucumano”

Esta señora fue la misma… pic.twitter.com/FCXVnKMjDl

— César Milani (@GeneralMilani) June 9, 2024

Milani, en su defensa, señala la incongruencia y la canallada de este ataque. No solo ha sido sometido a años de cárcel, juicios y escarnio mediático, sino que su persecución se basa en su identidad política más que en hechos concretos. La absolución de Milani en todos los juicios es un dato que Villarruel y sus aliados prefieren ignorar, ya que no encaja con su agenda de demonizar a los opositores políticos.

La hipocresía de Villarruel y su uso selectivo de los derechos humanos son indignantes y repugnantes. En lugar de respetar a los militares que han servido a la patria, ella y su círculo desprecian a aquellos que no se alinean con su visión ideológica. Esta actitud revela una profunda falta de respeto por la soberanía y los valores fundamentales de la nación argentina.

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Los militares como Milani, que han defendido a la patria y han sido absueltos de acusaciones infundadas, merecen reconocimiento y respeto. Sin embargo, en el ambiente político actual, la verdad y la justicia a menudo se sacrifican en el altar de la conveniencia política. Los ataques de Villarruel no solo buscan desacreditar a Milani, sino también silenciar a todos aquellos que se oponen a su visión reaccionaria y elitista.

En conclusión, la conducta de Villarruel en este asunto no solo es hipócrita, sino también peligrosa. Utilizar los derechos humanos como arma política no solo deshonra a las verdaderas víctimas de violaciones de derechos humanos, sino que también socava los fundamentos mismos de la justicia y la verdad en Argentina. Los ciudadanos deben estar atentos y rechazar este tipo de manipulación política que, en última instancia, erosiona la confianza en las instituciones y en los principios democráticos.

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— En Orsai (@EnOrsai) June 10, 2024