Con el objetivo de simular los recientes escándalos de pautas millonarias a amigos y sobrefacturaciones poco claras, Mauricio Macri le pidió a su esposa, Juliana Awada, que se sumara a la campaña. Ayer acompañó a Vidal en una recorrida por José C Paz.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Miercoles 23 de septiembre de 2015 | 13:41
Para recuperar la iniciativa y sacar de una vez a Mauricio Macri del Niembro-Gate y sus derivaciones, el alcalde recurre a su esposa Juliana Awada.
Es que Cambiemos pretende salir de la fase defensiva, en la que diariamente trata de explicar los escándalos que los detuvieron en la campaña y también en las encuestas.
Mauricio Macri le pidió ayer a su mujer, la empresaria textil Juliana Awada, que salga a caminar y a mostrarse más comprometida con las actividades proselitistas del espacio.
Ayer Awada se mostró con la postulante a gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal durante una recorrida por el partido de José C. Paz, en lo que fue su primera actividad de camapa de cara a los comicios de octubre.
Vidal y Awada recorrieron el Hospital Zonal de Agudos Gobernador Domingo Mercante y conversaron con vecinos y comerciantes en la plaza Manuel Belgrano de esa ciudad, informó el PRO en un comunicado.
La vicejefa de Gobierno porteña y la esposa de Macri estuvieron acompañadas por el candidato a intendente de José C. Paz del frente Cambiemos, Ezequiel Pazos.
Pese a que Awada no tiene una vocación política manifiesta, el alcalde pretende incluirla en algunas recorridas por el conurbano, dejando en un rol subalterno y algo controversial a su esposa.
No es la primera vez que Awada participa de la campaña. Meses atrás, había participado de una caminata junto a su marido y María Eugenia Vidal por la localidad de Ezeiza.
Y también había acompañado a Macri en su performance del programa de Marcelo Tinelli. Bella y en un segundo plano, Juliana Awada no se mostró entonces muy cómoda durante el show, que incluyó una ácida gastada de parte del imitador Martín Bossi al alcalde Mauricio Macri.
Lejos de la actividad política, Juliana Awada preside la marca de ropa Cheeky, que a su vez acumula serias imputaciones por utilizar trabajo esclavo.
Su rol en Cheeky volvió a estar en el tapete meses atrás, tras la muerte de dos niños en el incendio del taller clandestino de Flores. Desde entonces, los trabajadores precarizados y hasta semi esclavizados se organizaron y presentaron varias denuncias contra el gobierno porteño.