El domingo 26 se celebrará el balotaje entre la actual presidenta y el candidato de la derecha. La sociedad optó por el bipartidismo. El PT ganó Minas; la oposición mantuvo San Pablo. Romario, un fenómeno.
Guillermo Belcore // Lunes 06 de octubre de 2014 | 10:19
Tienen en Brasil una bella expresión para designar un hecho inaudito: Foi zebra. Es lo que dicen por estas horas muchos comentaristas en relación a la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Casi nadie esperaba que “el donjuán de Minas Gerais” disputase el balotaje con la sobria presidenta Dilma Rousseff. Una verdadera sorpresa. La ecologista Marina Silva, la favorita de los mercados financieros y los indignados de clase media, derrapó en la última curva, incluso consiguió menos votos que en la última elección, cuando iba en solitario. Le costaron carísimas sus inconsistencias.
Foi zebra, aclaremos, proviene de una pasión brasileña: el jogo do bicho, una especie de lotería clandestina, que utiliza la imagen de 25 animales a los cuales se les asocia una serie numérica y entre los que no se encuentra el equino con rayas que vive en Africa. Por ello, foi zebra o deu zebra se exclama ante un resultado inesperado. Como el hecho de que el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, a partir de ahora) alcance el 33,78% de las voluntades. Dilma logró el 41,39% de los votos, más o menos lo que auguraban los sondeos. Y Marina, que dos meses atrás se había sumado al Partido Socialista de Brasil (PSB), revolucionando la campaña electoral, superó apenas el 21%.
La actual mandataria tiene todas las fichas para consagrar la reelección en el balotaje el próximo domingo 26%, aunque Silva le dé sus votos a Aécio Neves, un economista liberal (el votante de izquierda de Marina seguramente apoyará a Dilma). El Partido de los Trabajadores, que gobierna Brasil desde hace doce años, hizo una campaña inteligente recordando que con su política social y económica arrancó de la pobreza a unas 40 millones de personas, pero también es verdad que enormes sectores expresaron ayer voluntad de cambio. Continuidad del progresismo inteligente o transformación política impulsada por el moralismo (los escándalos de corrupción pegaron duro en la reputación de Dilma) y la libertad de mercado ya es la consigna del balotaje.
Al fin y al cabo, se ha mantenido en Brasil el bipartidismo PT vs PSDB, que se vienen alternando en el poder y rivalizando desde hace dos décadas. La sociedad del país vecino optó por los partidos institucionalizados, que gobiernan estados y municipios.
El PARRANDERO
Quién es este Aécio Neves, te estarás preguntando, el hombre que logró seducir a los indecisos, algo que una semana atrás, según las encuestas, estaba prácticamente descartado. Las agencias de noticias destacan su una amplia sonrisa omnipresente y sus aires de seductor de telenovela de O Globo. En rigor, el senador de 54 años ha mamado la política desde la cuna, pues es hijo del diputado Aécio da Cunha y nieto de Tancredo Neves, quien en 1985 fue el primer presidente civil electo en Brasil tras 21 años de dictadura militar, pero murió antes de asumir el mandato.
Neves se cree predestinado para el máximo cargo. Ha sido diputado, gobernador del estado de Minas Gerais y actualmente es senador por esa influyente provincia. Su idea de gobierno se inspira en el legado de su correligionario, Fernando Henrique Cardoso, quien ocupó el cargo de presidente del país en dos mandatos consecutivos entre 1995 y 2002 y que es tachado de “neoliberal'' por el PT.
En efecto, Aécio prometió emular a Cardoso, que estabilizó la economía brasileña en un momento de grave crisis e hiperinflación, y se ha presentado como garante para impulsar el crecimiento del PBI, que se ha estancado este año a pesar del gasto por el Mundial de Fútbol. También prometió “liberalizar el Mercosur”, lo que significa que intentará que Brasil firme acuerdos de libre comercio por las suyas, sin importar la opinión de la Argentina.
El senador está casado en segundas nupcias con la modelo Leticia Weber, casi 20 años menor, con la que tiene una pareja de mellizos recién nacidos, Julia y Bernardo. Tiene otra hija, Gabriela, de 23 años, fruto de su primer matrimonio, que duró nueve años con la abogada Andréa Falcao, y de la que se separó en 1998. Después de su separación, se forjó su fama de libertino, por las fiestas que daba en su casa frente a la playa de Ipanema de Río de Janeiro, un estigma que le ha impedido ganar apoyos en sectores conservadores y religiosos. Ahora los necesita como el agua para ganarle a Dilma.
UNA DE CAL, UNA DE ARENA
El PT logró un resultado prometedor anoche de cara al balotaje. El ex ministro Fernando Pimentel, un importante colaborador de Dilma, fue elegido gobernador de Minas Gerais. La victoria de Pimentel en la primera vuelta gracias a que obtuvo más de la mitad de los votos (52,84%), significa un hecho histórico para el partido de Lula Da Silva, que nunca había gobernado Minas, segunda estado por población y tierra natal de Rousseff. La victoria es aún más significativa debido a que era un feudo del PSDB, y estado natal también del senador Neves, que había sido elegido gobernador en 2002 con cerca del 60% de los votos y reelegido en 2006 con un apoyo del 77% del electorado. Si Aecio no gana en Minas Gerais es imposible que conquiste la presidencia, cabe suponer.
Pero la oposición tiene una carta importante en su manga: el estado más rico y populoso del país: San Pablo. Allí el gobernador Geraldo Alckmin, fue reelecto en el cargo al obtener el 57,47% de los votos. El candidato del PSDB, superó al industrial Paulo Skaf, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña, que obtuvo 21,56%, y a Alexandre Padilha, del PT, que sólo consiguió el 17,98% de las voluntades, una vergüenza. De este modo, Alckmin, un anestesista oriundo de la ciudad de Pindamonhangaba, en el interior del estado, obtuvo su cuarto mandato como gobernador y el segundo en forma consecutiva.
POR GOLEADA
Otro personaje relevante de la primera vuelta electoral fue el ex futbolista Romario de Souza, electo diputado por Río de Janeiro, al obtener el 63,43 % de los votos. Quien fuera campeón del mundo en 1994 se incorporó a la política hace cuatro años como diputado federal por el PSB (aunque apoya a Dilma), con el que ahora alcanza la cámara alta por goleada gracias a los 4.682.924 votos obtenidos. La campaña electoral de o baixinho combinó una fuerte presencia en redes sociales con referencias a los pobres, además de algunos guiños a su pasado deportivo. También incluyó constantes alusiones a uno de sus temas centrales, la defensa de los niños con discapacidad, como su hija Ivy, que padece síndrome de Down y junto a la que acudió ayer a votar. Romario prometió un mandato de ocho años de lujo para el estado carioca.