El periodista Mauro Brissio utilizó su plataforma en Twitter para poner de manifiesto una inexactitud en las declaraciones de Javier Milei. Brissio acusó a Milei de haber difundido información incorrecta sobre la inexistencia de una brecha salarial entre hombres y mujeres, fenómeno ampliamente conocido como el "techo de cristal".

El hilo de Brissio se erige sobre una sólida base de datos concretos, extraídos de un informe proporcionado por el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad correspondiente al primer trimestre de 2023. Este informe se adentra en la temática de la participación femenina en los ámbitos laborales, de ingresos y de producción, proporcionando así una radiografía precisa de la situación actual.

Según el detallado informe, se evidencia de manera contundente que las mujeres se enfrentan a mayores obstáculos para acceder a posiciones de liderazgo y toma de decisiones en el entorno laboral y productivo, lo que comúnmente se conoce como segregación vertical o el mencionado "techo de cristal". Es relevante destacar que solo el 5,4% de las mujeres ocupadas ostentan cargos de dirección o supervisión, en comparación con el 8,5% de los hombres en una situación análoga. Además, esta brecha se ha incrementado en 0,5 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior, indicando una tendencia preocupante.

Milei mintió cuando dijo que no existe la brecha salarial entre hombres y mujeres. Es el famoso “techo de cristal”.

Sale hilo????que demuestra que es un mentiroso. pic.twitter.com/BxFIszVEEK

— Mauro Brissio (@BrissioMauro) October 2, 2023

El análisis de la composición ocupacional por rama de actividad revela otra forma de desigualdad, conocida como segregación horizontal o "paredes de cristal". Este fenómeno se basa en estereotipos de género que asignan ciertos trabajos a mujeres y a la comunidad LGBTI+, relegándolos así a sectores con menores remuneraciones y menos oportunidades de crecimiento profesional.

Para ilustrar esta disparidad, se presenta una comparación entre el salario promedio en el sector de servicios de atención a personas mayores, donde la presencia femenina es significativamente mayor (88%), y el sector hidrocarburífero, donde solo el 22% corresponde a mujeres. La diferencia salarial es notoria, con el primer grupo percibiendo un salario nueve veces inferior, lo que subraya la magnitud de la brecha existente.

Esta inequidad se acentúa cuando se consideran los ingresos, calculados en función del empleo principal. En promedio, las mujeres obtienen un 25,0% menos que los hombres, lo que representa una reducción de 3,5 puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre del año anterior. Esta disparidad se amplía al 36,5% en el caso del empleo asalariado informal, aunque se ha registrado una disminución interanual de 1,4 puntos porcentuales. Por su parte, en el empleo asalariado registrado, la brecha es del 17,5%, mostrando una reducción de 3,8 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año previo.

En resumen, la brecha salarial y la presencia del "techo de cristal" entre géneros son fenómenos innegables, respaldados por datos concretos y fidedignos proporcionados por el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad. Por tanto, los argumentos presentados por Javier Milei en contra de esta realidad resultan desacertados y carecen de sustento factual. Estos datos no solo corroboran la existencia de esta brecha, sino que también enfatizan la urgente necesidad de implementar medidas para combatir y erradicar esta inequidad de género arraigada en el ámbito laboral.