(Por Guillermo Carlos Delgado Jordan) Tal vez muchos no lo sepan, pero el ascenso en la Justicia de María Eugenia Capuchetti está muy ligado al mundo del fútbol. La jueza que tiene a su cargo la causa del atentado a Cristina (quien ya la recusó en dos oportunidades) fue designada en mayo de 2019 quedando al frente del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 5 en reemplazo del juez Norberto Oyarbide. Propuesta para obtener su despacho en Comodoro Py por el entonces presidente Mauricio Macrì y su ministro de Justicia Germán Garavano, fue impulsada por uno de sus operadores judiciales, el que era en ese momento titular de Boca Juniors, Daniel Angelici.

Capuchetti se recibió de abogada en 1996 en la Facultad de Derecho de la Universidad del Museo Social Argentino. Tiene una extensa carrera en el Poder Judicial, que comenzó en 1993 cuando ingresó como auxiliar administrativa en el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 8, cuyo titular era Jorge Urso, que renunció en medio de un escándalo y varias denuncias de corrupción. Fue secretaria letrada del juez federal Sergio Torres (actual ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense) y luego asumió la Dirección de la Oficina de Enlace con Organismos Oficiales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando el procurador era Martín Ocampo, ex legislador del PRO en la Legislatura porteña y futuro ministro de Justicia de la Ciudad “renunciado” tras el escándalo de los piedrazos al micro.

Por 2014 ingresó como docente en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) ejerciendo primero como docente y, luego, obteniendo el puesto de “invetigadora senior” (primicia de Noticias La Insuperable) siendo denunciada por esto por el ministro Martín Soria, y recusada por Cristina Kirchner, dada la incompatibilidad con su cargo de Jueza.

Los vínculos de la jueza con el negocio de la pelota se decantan por el lado de su padre, quien fue jefe de seguridad de la AFA hasta que el “Chiqui” Tapia lo desplazó. Hablamos del comisario general (RE) Alberto Carlos Capuchetti, cargo al que fue promovido en 2002 a través del Decreto 95/2002 firmado por Eduardo Duhalde y su entonces ministro del Interior Rodolfo Gabrielli.

Capuchetti padre integró la cúpula de la Policía Federal hasta junio del 2003. Retirado como titular de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana fue reclutado por la AFA de Julio Grondona.

El hijo varón del comisario, Pablo Alberto Capuchetti, fue “metido” en la Asociación del Fútbol Argentino también gracias a sus influencias. Actualmente, el hermano de la Jueza es Kinesiólogo del Departamento de Selecciones de la Asociación del Fútbol Argentino.

Cuando Capuchetti estuvo en la policía trabajó un tiempo “codo a codo” con Cristian Ritondo. Se conocieron en 1998, cuando el actual diputado PRO era subsecretario de Seguridad durante el gobierno de Carlos Menem.

Del paso de Capuchetti por la policía, se recuerda cuando en noviembre de 2002, a cinco meses del asesinato de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, intentó cachear a 12 mil manifestantes que marchaban desde Avellaneda hacia el centro para pedir justicia. El entonces comisario Alberto Capuchetti (el segundo en poder dentro de la Federal), le dijo al diputado Luis Zamora que estaba exigiendo el cacheo cumpliendo órdenes de Servini de Cubría.

En 2003, el padre de la Jueza fue uno de los responsables de la represión a los trabajadores que ocupaban o adherían a la toma de la textil Brukman, en el barrio de Once. Luego de su accionar en la fabrica recuperada, fue pasado a retiro.

Luego de su salida fue denunciado por una supuesta «connivencia con directivos de distintos clubes de fútbol» destinaba «para cubrir servicios de seguridad contratados por aquellas sedes, a policías afectados al servicio de prevención especial de la ciudad». Finalmente, en 2010, el juez de instrucción Mariano Scotto le dictó el sobreseimiento.

EL video:

Reventa

Un gran escándalo envolvió al excomisario Capuchetti en el Mundial de Fútbol 2014 y es el que da título a esta nota. Poco antes de la final con Alemania, el padre de la Jueza se hizo una “changuita” y se puso a revender entradas en el lobby del hotel donde se hospedaba la selección.

Un video emitido en la televisión brasilera, a través de la señal de ESPN, muestra a un empleado administrativo de la AFA, Omar Souto, y al jefe de seguridad, Alberto Capuchetti, en una transacción de reventa de entradas para el Mundial. El informe del medio brasileño asegura que las entradas habían sido abonadas a mayor valor que los que había estipulado la FIFA, puesto que se cobraban entre los 980 y 2200 reales.

La «reventa» fue todo un escándalo y complicó a toda la cúpula del fútbol argentino. Dirigentes de la AFA, finalmente, admitieron haber revendido entradas, aunque dijeron que fue «a precio oficial».