Los periodistas desafectados fueron Ángel Jozami de Economía y Fernanda Arce de la Mesa de Edición, quienes no tenían ningún apercibimiento en su haber que justifique la medida.

Luego que se conocieron los desplazamientos, el Sindicato de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) convocó a una asamblea urgente y el conjunto votó realizar un paro por tiempo indeterminado.

La agencia de noticias emitió un cable justificando los desplazamientos tras asegurar que los periodistas publicaron una información con datos falsos y que peligraron así, la credibilidad de la noticiosa.

Sucede que el domingo 13 de mayo, el servicio de cablera emitió una información sobre el vencimiento de Lebacs, que según asegura la agencia “podría haber causado errores en la toma de decisiones y consecuentes efectos perjudiciales en la economía”. Una excusa exagerada, incomprobable y reprochable por donde se la mire,

Según explicaron en un vergonzoso comunicado, el “desempeño inaceptable -de los periodistas-, que abre dudas sobre su intencionalidad, podría haber causado errores en la toma de decisiones y consecuentes efectos perjudiciales en la economía, pero lamentablemente sí ya causó daños en la tarea de reconstruir el prestigio de Télam.

Los responsables de echar trabajadores conocen los gajes de la actividad periodística y las publicaciones que pudieran contener errores de cualquier índole, se subsanan con la ya conocida “fe de erratas”. Télam publica habitualmente cables que “corrigen la publicación anterior” y nunca se despidió a nadie por ese motivo, lo que presume una deliberada acción contra los dos periodistas involucrados.

EN TODO ESTAS VOS #LosRicosNoRoban
Macri y Peña son los importadores de las lamparas LED que te piden que compreshttps://t.co/Wl7N8AOegY pic.twitter.com/SZehwgNv0O

— En Orsai (@EnOrsai) 28 de mayo de 2018

Sin embargo, en esta oportunidad, los verdaderos responsables del servicio mantuvieron “al aire” la publicación en cuestión durante más de dos semanas, lo que remite a una actitud maliciosa y deliberada para luego tomar esta medida desproporcionada e injustificada.

Los trabajadores de prensa son seres humanos, pasibles de cometer errores, y aunque aún no se confirmó que así haya sucedido, la medida es inaceptable.

En otro orden y que reviste una gravedad superlativa, la propia agencia pone en duda la honestidad de sus empleados al afirmar que “existen dudas sobre su integridad”, algo que de ninguna manera puede ser aceptado por el colectivo de prensa y menos aún, si no existen pruebas que avalen semejante afirmación.

El artículo en cuestión afirmaba que la mayor parte de las Lebac que vencían estaba en manos de inversores extranjeros, cuando la realidad -según explica en su descargo la agencia- era exactamente al revés: sólo un 5% era de ese origen, como se aclaró al día siguiente en una nota para la que se consultó a voceros del Banco Central.

El dato falso lo escribió un periodista especializado en finanzas, -dice la empresa- sobre la base de presuntas “consultas al mercado”, y cuando su nota llegó a la mesa de edición, que revisa los materiales y decide su publicación o no para los abonados, una editora con experiencia en temas económicos agravó la situación al llevar la información equivocada al copete y al título.

Telam tiene toda una estructura de mando y responsabilidades que debería haber procedido a detener a tiempo una publicación pasible de contener errores y no esperar, como dice en su descargo, “a que la nota fuera vista por 136 medios en la plataforma de la agencia”.

Sin embargo, ningún jerárquico fue desplazado por este presunto error en que habría incurrido el servicio, y pagan el plato roto dos periodistas sin cargo jerárquico. Lo cierto es que la cadena de mando no respondió, como debiera y mantuvo la “información falsa” sin corregir durante dos semanas.

EL INFORME DE ADN
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