una política de borramiento de la historia y la identidad barrial en beneficio del mercado inmobiliario

El lugar, que incluía un bachillerato popular, una biblioteca, talleres culturales, una olla comunitaria y un centro de jubilados, había sido objeto de hostigamiento por parte del gobierno desde septiembre del año pasado.

A pesar de que los vecinos habían presentado un amparo y habían recurrido a la Defensoría del Pueblo y a la Legislatura porteña, el gobierno porteño llevó a cabo la demolición en la madrugada del feriado de Jueves Santo, rodeado de policías y con topadoras.

Los vecinos denunciaron que el operativo se realizó en ese momento para evitar que pudieran recurrir a la justicia. Este es el tercer intento del gobierno porteño de demoler el Galpón de Ortúzar, a pesar de que representa los intereses y las actividades de los vecinos del barrio.

La demolición del centro cultural El Galpón de Villa Ortúzar ha generado un gran repudio por parte de los vecinos y vecinas del barrio. Al ser destruido en un operativo realizado por más de 100 agentes de la Policía de la Ciudad, quienes rodearon las instalaciones para evitar que los vecinos y vecinas pudieran evitar la demolición.

Desde el gobierno porteño, se asegura que el lote será utilizado para construir un canil y un espacio de juegos, pero los vecinos y vecinas del barrio creen que se trata de una política de borramiento de la historia e identidad barrial de Ortúzar para convertir la zona en algo más afín al mercado inmobiliario que pretenden impulsar.

El GCBA argumenta que el lugar "fue ocupado de manera ilegal" y que en la Dirección General de Administración y Bienes figura como un espacio perteneciente al Estado, pero los vecinos y vecinas del barrio defienden que el galpón se remonta a la década de los 90 y que había sido recuperado por un grupo de vecinas y vecinos junto con los jubilados para hacerlo de uso para toda la comunidad.

En octubre del año pasado, el GCBA ya había intentado dos veces demoler el lugar, pero los vecinos y vecinas lograron impedirlo. En el mismo mes, los integrantes del galpón cultural presentaron un amparo ante la Justicia que, además de intentar frenar la demolición, pedía precisamente que se resolviera la cuestión de fondo de la propiedad del lugar. Aunque la Justicia aún no ha emitido una sentencia de fondo, el Gobierno porteño avanzó igual sobre el espacio.

Los vecinos y vecinas del barrio están preocupados por el cambio urbanístico que están experimentando y han creado una organización para defender sus derechos y su identidad barrial. En definitiva, la demolición del centro cultural El Galpón de Villa Ortúzar ha generado un gran repudio por parte de los vecinos y vecinas, que denuncian una política de borramiento de la historia e identidad barrial de Ortúzar por parte del gobierno porteño en beneficio del mercado inmobiliario.