No se escuchó ni una sola consigna con contenido, solo se vio bronca, mucha bronca cargada. El domingo, en la comuna de San Pablo, se quemaron 40 urnas; la paradoja es que uno de los detenidos era candidato por el Acuerdo para el Bicentenario.

También llama la atención que la oposición sólo habla de fraude en los lugares donde perdieron, es decir, en casi toda la provincia, pero en Capital, Concepción, Bella Vista o Yerba Buena, ¿la contienda fue normal porque ganaron?

Es cierto que las elecciones lejos estuvieron de ser normales, hubo hechos de violencia y la cantidad de acoples hizo tedioso el recuento de votos. Sin embargo y a pesar de todo, estamos en democracia y la gente se pronunció. Bolsones repartieron ambos sectores, también ambos movilizaron autos y pagaron fiscales.

Hubo un ganador y un perdedor. Está claro que los derrotados no se bancaron la situación y salieron a la calle a despotricar a diestra y siniestra. El domingo por la noche, La Bancaria se movilizó a las puertas del Correo, argumentando que lo hacían en defensa de la democracia. Exigían abrir las urnas o el recuento definitivo. ¿Desde cuándo un gremio es quien custodia un sistema de gobierno?

Tuvieron doce años para construir poder y no lo hicieron. Ahora no pudieron lograr una buena elección y con manifestaciones poco felices tratan de empañar a la democracia.

Quizás cuando empiecen a caminar por el territorio, escuchar al pueblo y trabajar para y con la gente puedan disputar el poder decentemente.

Ayer, los manifestantes fueron muy violentos y causaron la reacción policial. Los sectores conservadores, que fueron los mismos que apoyaron cuanto golpes de Estado hubo, buscan sin dudas tirarle un muerto al gobierno. Una situación penosa, lamentable y fuera de lugar.

Anoche, entre los manifestantes, se observaron muchos militantes con remeras de Cano-Alfaro-Amaya.