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En 2006 Clarín denunciaba los vínculos entre el Panadero y el macrismo en Boca

Si bien ahora los medios opositores intentan vincular a Adrián "Panadero" Napolitano con el kirchnerismo, en 2006 Clarín lo denunciaba como una especie de barra vip con fluidos contactos con la conducción de Boca, por entonces en manos de Mauricio Macri.

En 2006 Clarín denunciaba los vínculos entre el Panadero y el macrismo en Boca

Andrés Brown Redacción En Orsai // Miercoles 20 de mayo de 2015 | 17:18

Roberto Digón, presidente de la Agrupación Nuevo Boca en la que están empadronados la mayoría de estos hinchas, confió que "fueron ayudados"

Adrián "El Panadero" Napolitano, autor del ataque contra los jugadores de River con el gas pimienta, es un habitué de la Bombonera y es un conocido seguidor del equipo, juegue donde juegue.

De hecho, existen viejas notas en diarios y programas de tevé que registran su presencia y fanatismo, incluido su fluido acceso a la conducción del club.

Sin embargo, ahora Daniel Angelici y el macrismo niegan conocerlo, con la ayuda inestimable de los grandes medios, que no apelan a su propio archivo y hasta tratan de vincularlo con el kirchnerismo.

En 2006, cuando Mauricio Macri era presidente de Boca, Clarín denunciaba en una nota titulada "¿Quién dijo que no iban a entrar hinchas visitantes?" que varios hinchas del xeneize habían logrado entrar a la cancha de Gimnasia de Jujuy, pese a una restricción dispuesta por entonces.

No son barrabravas, son hinchas de clase media alta que siguen siempre a Boca: ingresaron al estadio con credenciales de periodista.
Daniel Avellaneda SAN SALVADOR DE JUJUY ENVIADO ESPECIAL
davellaneda@clarin.com
Encima de esa puerta colorada salpicada con grafitis, asoma el cartel que sufrió el mayor vacío del domingo: Entrada visitante. En la esquina de las calles Humahuaca y Decididos, en el atardecer de este lunes de paso cansino en Jujuy, un adolescente con una camiseta de Boca y una acreditación de prensa colgada en el cuello posa para Clarín. La foto es apenas una producción ilustrativa. Pero muestra una realidad. Más allá de la disposición de la AFA que tanto revuelo causó, la de permitir únicamente el ingreso de los socios hasta el final del torneo Apertura, al menos un grupo de catorce fanáticos xeneizes se burló de los controles y accedió al estadio 23 de agosto. Sí, a pesar de Julio Grondona, Mario Gallina y compañía, aquí en el Norte, hubo hinchas visitantes.
La pelota vivió un domingo atípico en Argentina, de Ushuaia a La Quiaca. Y por estas latitudes, casualmente, anduvo una minúscula parte de la hinchada azul y oro. Gente que no pertenece a la barra brava y que mucho menos genera violencia. Se trata de socios que usualmente habitan la cabecera norte de la Bombonera o la platea. Fieles de clase media alta que siguen a todas partes a su equipo, que —según ellos— se pagan los traslados de su bolsillo y que no querían perderse una de las finales hacia el tricampeonato. Lejos de buscar polémica, esta situación mostró la fragilidad del sistema.
La información oficial rezaba que sólo habían ingresado los 7.400 afiliados de Gimnasia de Jujuy, pero ese dato no coincidió con la impresión visual. A ojo de buen cubero en las tribunas había no menos de 8.500 personas. En las inmediaciones de la Tacita de Plata, tal cual publicó Clarín, se observaron camisetas de Boca. Pero ayer se conoció otra historia, la de estos intrépidos hinchas que no sólo desafiaron la distancia.
Nicolás Galli, Gustavo Florentín, Alejandro Parodi y Leandro Labella cruzaron los 1.659 kilómetros que separan esta ciudad de Buenos Aires en automóvil. Diego Maggio, Gabriel Pereira y Gerardo Alvarez llegaron en micro y regresaron por aire. Adrián Napolitano, Mariano Ciardulli, Luciano Urman, Federico Vergara, Sebastián Palazzo, Eduardo Blanco y su hijo, en cambio, vinieron y se volvieron ayer en avión.

"No son barrabravas, son hinchas de clase media alta que siguen siempre a Boca: ingresaron al estadio con credenciales de periodista", detallaba la nota.

"La información oficial rezaba que sólo habían ingresado los 7.400 afiliados de Gimnasia de Jujuy, pero ese dato no coincidió con la impresión visual. A ojo de buen cubero en las tribunas había no menos de 8.500 personas. En las inmediaciones de la Tacita de Plata, tal cual publicó Clarín, se observaron camisetas de Boca. Pero ayer se conoció otra historia, la de estos intrépidos hinchas que no sólo desafiaron la distancia", decía la crónica de Clarín.

Y daba el nombre del agresor: "Nicolás Galli, Gustavo Florentín, Alejandro Parodi y Leandro Labella cruzaron los 1.659 kilómetros que separan esta ciudad de Buenos Aires en automóvil. Diego Maggio, Gabriel Pereira y Gerardo Alvarez llegaron en micro y regresaron por aire. Adrián Napolitano, Mariano Ciardulli, Luciano Urman, Federico Vergara, Sebastián Palazzo, Eduardo Blanco y su hijo, en cambio, vinieron y se volvieron ayer en avión".

Sobre cómo fue posible que los hinchas, incluido el célebre Panadero Napolitano, pudieran entrar a la cancha, Clarín explicaba: "Roberto Digón, presidente de la Agrupación Nuevo Boca en la que están empadronados la mayoría de estos hinchas, confió que "fueron ayudados". Pero no reveló la estrategia".

Y la nota daba más detalles: "Según pudo averiguar Clarín, primero le ofrecieron cinco pesos a los habitantes del edificio en obra que está erguido frente a la cancha. Pero finalmente lograron entrar acreditados como periodistas de medios partidarios y ayudados por otros hombres de prensa de Buenos Aires. "Nosotros tenemos buena fe y no le damos una credencial a cualquiera. Si hubo hinchas de Boca, no es nuestra responsabilidad", le dijo a este diario Fabiana Danielo, jefa de prensa de Gimnasia de Jujuy".

Digón era por entonces el vicepresidente de Macri en la conducción de Boca. Es decir, que Napolitano ya en 2006 era un socio VIP con fluidos vínculos con la dirigencia macrista.

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