ANTI ANTI

De la Sota propuso una alianza opositora para apoyar a cualquiera que no sea K

El gobernador de Córdoba y candidato a presidente lanzó otra polémica propuesta. Pidió que la oposición se una al menos para acordar votar en un eventual balotaje a cualquiera que no sea kirchnerista.

De la Sota propuso una alianza opositora para apoyar a cualquiera que no sea K

Ángel Lisboa // Sábado 14 de febrero de 2015 | 11:03

El gobernador cordobés  José Manuel de la Sota no repara en cualquier proclama mediática para llevar agua al molino de su propia sequía como candidato presidencial. Para tratar de dejar atrás el “ahora somos todos judíos” con el que pretendió convocar a la marcha “del silencio” por la muerte del fallecido fiscal Alberto Nisman del 18 de febrero –que cosechó críticas de la propia comunidad judía— ahora lanzó la propuesta que toda la oposición anti k (que no logra conformar una alianza contra el Gobierno por sus propia ambiciones presidenciales) selle un pacto para votar en contra de cualquier candidato oficialista en una eventual ballotage de las elecciones presidenciales de este año.

“Cada uno tiene su propuesta y su propia visión de cómo resolver los problemas del país, pero sí comprometernos a votar, en la segunda vuelta, al candidato más votado que se enfrente al candidato del oficialismo para garantizar el cambio en el rumbo del país”, sostuvo el mandatario cordobés, desesperado por ganar minutos y centímetros de papel en los medios opositores, con su propuesta para derrotar al kirchnerismo en las presidenciales de este año.

Para De la Sota no importa el rumbo futuro sino ponerle fin a kirchnerismo y a cualquier precio.  Convencido que su poder en Córdoba está blindado de amianto, De la Sota lanza una propuesta al resto de la oposición que le jaquea su predominio en la provincia: unirse para bloquear cualquier continuidad del kirchnerismo en el gobierno nacional para conservar su propio reducto.

Atrás quedó el proclamado “cordobesismo” con el que se entusiasmó cuando volvió a la gobernación en 2011; que luego denudó sus vínculos con la policía cordobesa entramada con el narcotráfico provincial, y a la que luego dejó actuar en diciembre de 2013 con el levantamiento de los uniformados que dejaron vía libre para los saqueos en las principales ciudades de su provincia y que se extendió luego en varios puntos del país. Además de las denuncias que involucran a sus funcionarios por silenciar al periodismo cordobés que denunció la promiscuidad entre le gobierno provincial y los policías narcos.

Tampoco logró pactar un acuerdo con Sergio Massa, que le abrió las puertas para una interna común en la provincia de Buenos Aires –donde el cuestionado intendente de Merlo Raúl Othacehé lo cobijó en su actitud proselitista común— pero que ante las indefiniciones del delasotismo los massistas terminaron pactando en Córdoba con su ex esposa –y archienemiga— Olga Riutort. Donde los radicales –de distinto pelaje— acechan su dominio y su permanente rival, Luis Juez, dejó de lado sus convicciones “progresistas” y abandonó el FAUnen para pactar una alianza con el macrismo, que también enfrentó a De la Sota.

De poco le sirvieron los afiches en los que mostraba su peluca injertada con las iniciales “DLS” para evadir la prohibición de hacer campaña antes de habilitarse la compulsa oficial ni los afiches desparramado en la redes sociales de “Ahora somos todos judíos” para ganarse un voto extra. De todas maneras De la Sota no se rinde. Ahora pretende unir a sus propios enemigos en un pacto que los aglutine para vencer al kirchnerismo en un supuesto ballotage. Una actitud digna de sus propias convicciones, con tal de mantener su cuota de poder en Córdoba.

 

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