Acostumbrado a la negociación parlamentaria y al efecto mediático de sus comentarios, el único presidente argentino votado por dos ciudadanos, lanzó una serie de sentencias dignas de un monólogo de humor.
Javier Lema - Redacción Enorsai // Sábado 12 de diciembre de 2015 | 11:29
“Tenemos que hacer un gobierno de izquierda porque hay que buscar más igualdad. El nivel de pobreza del 28% es completamente inaceptable, por lo tanto el Gobierno de Mauricio Macri debe ser más de izquierda pero de verdad. Hay que lograr educación y trabajo de calidad. Hoy la mitad de los chicos no termina el secundario ¿esas son políticas de izquierda? No lo puedo creer", sentenció el ex presidente de facto Federico Pinedo en diálogo televisivo con Luis Novaresio en el programa Animales Sueltos.
Con su habitual humor, y en una proeza lingüística, el ex presidente elegido por el fiscal Jorge Di Lello y la jueza María Romilda Servini de Cubría intenta cambiar el significado de varias palabras. El representante del gobierno que en la Ciudad de Buenos Aires deja sistemáticamente a niños sin escuela y que protege talleres clandestinos, que despeja un manicomio a los tiros, que tiene causas en la justicia por pegarle a la gente en situación de calle, dice que no puede creer datos, como el de deserción escolar, que además no son ciertos.
Pero no contento con la convertibilidad de palabras el presidente provisional del Senado estimó que el kirchnerismo, “fue de derecha en muchos aspectos. Por ejemplo, fue autoritario y quiso imponer su orden a la sociedad y el que no los seguía era un enemigo de la Patria. Eso es de extrema derecha. Además, cuando pierden no creen en la democracia".
Es extraño que Pinedo no haya reparado en la velocidad con la que el candidato del Frente Para la Victoria, Daniel Scioli, reconoció la derrota o la cantidad de decretos y derogaciones con los que gobernó Macri en la Ciudad.
No obstante, que el funcionario de un presidente procesado pro escuchas ilegales a sus opositores diga que los autoritarios están en otro lado, es cuanto menos sorprendente.
Mucho más si se tiene en cuenta que Mauricio Macri ya anticipó que no llamará a sesiones especiales del Congreso para llevar adelante las medidas que intenta impulsar. Ergo, tomará decisiones por decreto una vez más
El ex presidente no se privó de hablar del traspaso de mando, situación que lo llevó a la primera magistratura del país. Dijo en ese sentido que, “es triste que no se haya hecho el traspaso entre dos presidentes democráticos. Era un tema menor que faltaba por llegar a un acuerdo. Amado Boudou quería un acuerdo y Wado de Pedro trataba de hacer lo que la Presidenta quería, supongo que la dura era ella. Macri no quería poner en juego la institucionalidad del momento, y lo cuidó. Me parece que hizo bien".
Lo raro es que Pinedo piense que Macri “cuidó” las instituciones presentado un recurso de amparo para que a un presidente constitucional le quiten su mandato anticipadamente. Eso es más parecido a un golpe de Estado.
Por último, en su desopilante intervención le dedicó unos minutos a La Cámpora al decir que son “inmaduros”.
Al ser consultado sobre la posibilidad de acuerdo en el Congreso, donde el Frente Para la Victoria tiene mayoría, el ex presidente de facto dijo que “el problema es que hay algunos ultrakirchneristas que son inmaduros, que lo único que creen importante es que su partido le gane al otro. No se dieron cuenta que es más primordial la patria o como dice el Papa: 'es más importante el todo que las partes'. Son los chicos puntualmente, los de La Cámpora".
Aclaración final. Según la Real Academia Española la palabra ‘más’ tiene entre sus significados el de formar el “superlativo relativo de superioridad” siempre que precede a un adjetivo, como por ejemplo “el Gobierno de Mauricio Macri debe ser más de izquierda” que el kirchnerismo. En este caso ‘izquierda’ sería el adjetivo.
En esa frase, Pinedo dice dos cosas que a la luz de los hechos parecen ser del todo falsas. La primera es que el gobierno de Cambiemos debería ser “más de izquierda”. Es decir que ya es de izquierda y debería profundizar en ese sentido. Si esta premisa fuera cierta, sería el primer gobierno del mundo que siendo de izquierda tenga a generantes de multinacionales poderosas como ministros, que se digan apolíticos, desideologizados, con preferencia de lo privado por sobre lo público, que tomen medidas para favorecer a los que más tienen en detrimento de los que menos tiene.
Por otra parte, mejorar los índices de educación y trabajo no es necesariamente una definición de ‘izquierda’. A sucedido en varios países con miradas profundamente capitalistas, como en los Estados Unidos en la década del 50’.
En todo caso, lo que define la orientación ideológica de un gobierno son las acciones que lleva adelante que a su vez revelan un punto de vista sobre situaciones complejas de la vida en sociedad.
Dicho de otro modo, para que un gobierno sea de izquierda, como le gustaría a Pinedo, debería entender que la relación laboral patrón-trabajador es esencialmente injusta; que el sistema capitalista por su propia estructura reproduce la explotación, por ende la inequidad y la injusticia; que lo único que debería dar ganancia es el trabajo y no la especulación económica, la renta financiera, o la renta por la tierra; que el mercado nunca puede estar librado al azar; que el derecho positivo está redactado por la burguesía, es decir que está escrito a favor de los que más tienen por sobre los que menos tiene y cosas de ese tenor, de las que Macri parece estar justo en el carril opuesto, el de la derecha.