En un episodio que deja perplejos a muchos, el gobierno se ve envuelto en una situación de caos administrativo al emitir dos decretos contradictorios que han generado controversia y retrasos en la designación de funcionarios clave. En el primer decreto, se nombra a Héctor Falzone como subsecretario de Energía Eléctrica, pero sorprendentemente, en un segundo artículo, se lo despide para ser reemplazado por Damián Sanfilippo.

Lo llamativo de este episodio es que Falzone, a pesar de haber desempeñado sus funciones durante dos meses, nunca había sido oficializado en el cargo. Esta falta de oficialización, una anomalía recurrente en la gestión libertaria, se debe al proceso burocrático que implica el filtro de Nicolás Posse, generando demoras y trabas en los procedimientos administrativos.

Para que Falzone pueda recibir su salario correspondiente por los dos meses de trabajo, fue necesario regularizar su situación en el mismo decreto, estableciendo no solo la fecha de inicio de sus funciones, sino también la fecha de finalización de las mismas, algo poco común en este tipo de procesos.

La situación alcanzó su punto álgido cuando se reveló que Sanfilippo ya había sido designado previamente, aunque de manera no oficial, a través de una circular interna en la cual el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, solicitaba una cochera en el edificio público.

A pesar de los conflictos y la falta de oficialización en los nombramientos, el gobierno ha dado un paso al frente al garantizar que Falzone reciba el pago correspondiente por sus dos meses de trabajo. Sin embargo, esta acción requirió una regularización extraordinaria en el mismo decreto, destacando la falta de organización y coordinación dentro de las altas esferas del poder.