ENTREVISTA EXCLUSIVA

Sabbatella: No sé si Cristina va a ser candidata; pero si se presenta, gana

El ex titular del Afsca, Martín Sabbatella habló con Enorsai de la candidatura de Cristina, de Macri, Milagro Sala y, claro, del rol de los medios

Sabbatella: No sé si Cristina va a ser candidata; pero si se presenta, gana

Lunes 23 de enero de 2017 | 16:29

“No hay ninguna duda de que Cristina es la líder más importante que tiene el movimiento nacional y popular en Argentina”, dice Martín Sabbatella en una nota exclusiva con EN ORSAI, y enseguida le entra a la especulación que más ocupa a opositores y oficialistas en estas horas: “No sé si va a ser candidata; lo que sí sé es que si Cristina se presenta, gana. Además, más allá de que sea candidata o no, es y va a ser la gran protagonista en la escena política de esta etapa de la historia argentina; más allá de los esfuerzos que hacen por difamarla, callarla, proscribirla y doblegarla".

¿Para el Nuevo encuentro o para usted, Cristina debería ser candidata?

Bueno, la verdad es que nuestras opiniones e ideas se las transmitimos a ella personalmente y no a través de los medios. Y nosotros vamos a militar lo que ella decida. Es cierto que hay un amor profundo de nuestro pueblo por Cristina y la esperanza que ella representa de poder recuperar el camino de esa Argentina mejor, con crecimiento y justicia social, como la que vivimos entre 2003 y 2015. Eso hace que muchos, no solamente la queramos ver como candidata, sino nuevamente como presidenta, conduciendo los destinos de este país.

Lo cierto es que hace un año había quienes daban por muerta políticamente a Cristina, o que aseguraban y querían instalar que su peso era menor y se podía prescindir de su liderazgo. Al poco tiempo se dieron cuenta que no podían prescindir ni de ella ni de lo que ella expresa, si se quiere tener una propuesta competitiva. Después reconocieron que si Cristina es candidata no hay nadie que le haga sombra. Hoy ya saben que el peso específico de Cristina en la escena pública es tan fuerte que siendo o no candidata igual es la gran protagonista.

¿El kirchnerismo necesita que Cristina sea candidata en 2017?

No se trata de lo que necesita el kirchnerismo o de lo que necesita Cristina, sino de lo que necesita nuestro país, nuestro Pueblo. El kirchnerismo no tiene un fin en sí mismo. Está claro que la vigencia de un proyecto no tiene que ver con una candidatura. Su vigencia se explica en un profundo diálogo con la historia nacional y latinoamericana, para continuarla en el presente; en la memoria social positiva que vive en nuestro pueblo sobre los 12 años y medio de proyecto nacional en el Gobierno y en el rol histórico de representar la esperanza de retomar un rumbo a favor de las mayorías populares. Una memoria que, además, contrasta con este presente de ajuste.

¿Cómo evalúa este primer año del Gobierno de Macri?

Lo primero que hay que considerar es que Macri es un emergente, un representante de los sectores más privilegiados de Argentina, que expresa los intereses de las corporaciones económicas pero que, además y esencialmente, es parte de esas corporaciones. Logró construir una propuesta política atractiva para que las minorías más impopulares del país, el capital concentrado y especulativo llegara al Estado sin un golpe militar o sin colonizar los partidos populares, que fueron las dos formas en las que se apoderaron de la cosa pública en el pasado. El engaño y la manipulación tuvieron un papel central para que eso ocurriera.

Digo esto porque si bien Macri adelantó muchas de las políticas de ajuste que en este año llevó adelante, también está claro que engañó al Pueblo respecto a cuestiones centrales, como el crecimiento económico y productivo, la generación de empleo o el sostenimiento de muchas políticas públicas kirchneristas que había calificado como positivas. En ningún momento se planteó que el desempleo iba a llegar, según el INDEC, a los 10 puntos, o que se iba a desplomar la construcción, la industria, el consumo popular. Ni Macri ni ningún dirigente de Cambiemos le advirtieron a los argentinos y argentinas que los votaron que, con su Gobierno, iban a ir al supermercado e iban a comprar la mitad de lo que compraban durante el Gobierno de Cristina.

Pero en otras cosas, Macri cumplió con lo que había anticipado.

En algunas cosas, como el pago a los buitres o la liberación de la compra de dólares. También con su promesa de eliminar de un plumazo la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que fue una de las primeras medidas tomadas por el nuevo Gobierno. Está claro que el pago de favores a Magnetto no admitía ningún retraso. Además, necesitaban comprar el silencio del Grupo Clarín y asegurarse el rol central de esa empresa hegemónica en la persecución política contra Cristina y el kirchnerismo, en el blindaje de las políticas de ajuste y en la invisibilización de los escándalos de corrupción que afectan a todo el staff del Gobierno, empezando por el propio Macri, su familia, sus amigos y el Gabinete. El Gobierno eliminó las barreras antimonopólicas que limitaban a Clarín y facilitó grandes negocios a esa empresa y otras grandes empresas periodísticas. Pero también ahí hubo engaño y manipulación: se dijo que era para garantizar libertad de expresión, y no hay dudas que hay mucha menos libertad y pluralismo que en los 12 años y medio de nuestro Gobierno, porque no hay peor amenaza contra la libertad de expresión que la concentración de medios, como bien lo afirmó la OEA, la ONU, la Corte Suprema y cientos de especialistas de todo el mundo.

¿Qué objetivo tiene esa estrategia?

Fue un año de ajuste muy duro, a pesar de que se lo planteó como gradualista. Millones de argentinos cayeron en el desempleo, la pobreza, la indigencia. La inmensa mayoría de los que aún tienen trabajo resignaron una parte importante de sus salarios y de sus condiciones laborales, porque el fantasma del desempleo atemoriza y ese es el objetivo que tiene un Gobierno controlado e integrado por CEOs y representantes de corporaciones económicas. Los tarifazos y la inflación descontrolada -otra promesa incumplida del macrismo- limó los salarios de todas las familias. Mientras, la única promesa para frenar el aumento de precios es abrir las importaciones y dejar que entren productos más baratos, aún a costa de que se cierren más pequeñas, medianas y grandes empresas, como pasó durante este año.

Los grandes medios tienen un papel central para minimizar esa realidad, para que no se visualicen los efectos devastadores que tiene el plan económico. Ellos fueron los encargados de propalar, primero, la mentira de que la crisis generada por el actual Gobierno era en realidad producto de una supuesta pesada herencia; luego, que había que hacer un esfuerzo en el primer semestre, porque luego aparecería “la luz al final del túnel”. Ahora, con González Fraga adentro del Gobierno se confirma que, en el marco de su batalla cultural, te quieren convencer de que no te corresponde vivir dignamente, no te corresponde irte de vacaciones, ni estudiar gratuitamente en una universidad pública, ni comprar un auto, una vivienda, un smartphone o un plasma. Quieren acostumbrar a los sectores populares a pensar que hay cosas que no nos merecemos. Tienen el objetivo de generar esa idea en el Pueblo, la idea de que hay cosas que no te merecés, que no te corresponden, que no son para vos, porque nadie lucha por lo que cree que no le corresponde. Particularmente, no creo que eso lo logren porque nuestro Pueblo tiene una memoria de derechos y de conquistas que no es posible demoler con el marketing de las elites, aun usando medios concentrados y volcando millones y millones en las redes sociales. Hay una historia de derechos que es parte de nuestro patrimonio social, político, cultural.

También ha sido un año de mucha persecución al kirchnerismo, sobre todo a Cristina Kirchner y a una dirigente social emblemática como Milagro Sala.

Claro, y es muy grave en términos de degradación de la Justicia y de la calidad democrática. Argentina retrocedió muchos pasos en 2016 en materia de Democracia. Hay jueces explícitamente involucrados en la estrategia política del Gobierno, manejando procesos judiciales a tono con las necesidades de Macri y las corporaciones. La difusión parcial y manipulada de las causas, las citaciones judiciales o los operativos hollywoodenses de perforación de la estepa patagónica son parte de una estrategia articulada entre el Gobierno, el partido judicial y el partido mediático con el objetivo de difamar, perseguir y proscribir a Cristina y al kirchnerismo. Necesitan esas maniobras porque le temen a la vigencia del Proyecto Nacional, Popular y Democrático; necesitan arrancar a Cristina del corazón de millones de argentinos y argentinas y de la memoria positiva de muchos otros y otras.

Y en ese mismo marco, el encierro de Milagro es una muestra extrema de lo que son capaces; ignorando cualquier procedimiento legal o desestimando los pedidos de la ONU o de la OEA, entre muchos otros. Quieren y tienen a Milagro presa porque es negra, es mujer, es india y es kirchnerista. Buscan disciplinar y amedrentar a cualquiera que se anime a pelear por sus derechos y a rebelarse al destino de miseria y marginación que las minorías les tienen preparado. Saben que nuestro Pueblo no se resigna, no se entrega y por eso es tan fuerte esta batalla cultural que está librando el macrismo, con la ayuda de jueces y medios cómplices.

A la par de esto, el macrismo demostró que su supuesto compromiso en la lucha contra la corrupción es falso. Y es entendible que sea falso, porque Macri y su Gobierno están manchados por la corrupción: no pueden explicar el origen de sus fortunas -que las hicieron con dinero público, en complicidad con la última dictadura y con el menemismo-, no pueden explicar sus cuentas y sociedades en paraísos fiscales, no pueden explicar cómo financiaron sus campañas electorales, no pueden explicar qué hacen adentro de la Rosada funcionarios que se enriquecen con las políticas públicas que ellos mismos toman, no pueden explicar a Michetti, a Angelici, a Niembro, a Arribas, a Quintana, a Calcaterra, a Lopetegui, a Peña. Por eso, por ejemplo, no quieren tratar y mucho menos aprobar un proyecto como el que presentó el bloque de Diputados del FPV para que se cree una comisión que audite la totalidad de la obra pública ejecutada desde 2003 hasta 2016. Ellos prefieren seguir armando causas sin pruebas y manipulando a la sociedad a través de los medios antes que enfrentar de lleno el problema estructural de la corrupción que afecta a la política, a los empresarios, a los medios, a la Justicia, al fútbol, a la Policía, a los sindicatos, etcétera. Simulan una cosa y hacen otra, y cada vez quedan más en evidencia.

¿La persecución es una estrategia electoral del macrismo?

Creo que es más que eso. La persecución es parte de la decisión del establishment y las corporaciones de domesticar la política, de castigar y maniatar a quienes, como lo hicieron Néstor y Cristina, vinieron a romper el molde, a los rupturistas y transformadores. Hay una intención de que la política vuelva a encarrillarse en el camino que el establishment define. La estrategia le sirve al macrismo, pero también lo excede y abarca a otros dirigentes.

Hay declaraciones públicas de miembros de la corporación política, supuestamente opositores, en las que se los nota desesperados por ser aceptados por ese establishment, como dando garantías de moderación a ese supuesto “círculo rojo”. Sus posiciones y opiniones expresan “no te preocupes que soy opositor pero no voy a tocar tus intereses”; “no te preocupes que ladro pero no muerdo, incluso soy capaz de maullar” (RISAS). Es curioso ver a algunos tan desesperados por ser parte del juego de establishment y querer volver a colocar al sistema político en un lugar en el que, según ellos, no debería haber dejado de estar. Y por eso se suman a la estrategia de aniquilar al kirchnerismo, de destrozarlo, de aniquilarlo, de extirparlo del presente y del futuro, ensuciando y manipulando la memoria popular.

Y ante esta situación, ¿cuáles son las perspectivas políticas de la oposición?

Es imprescindible construir una nueva mayoría que le ponga un freno definitivo al ajuste, que detenga las acciones corporativas y minoritarias de un gobierno que hizo tanto daño en tan poco tiempo. Y para eso debemos darnos, y lo estamos haciendo, un proceso de unidad y de confluencia de todo el campo nacional y popular, de todos los que estamos en contra del retroceso de que vive el país y que deseamos retomar el camino de desarrollo con inclusión social. Debemos trabajar para que este año el Gobierno sufra una importante derrota electoral que le impida avanzar a nivel parlamentario con el ajuste. Y también para reconstruir esa Argentina de derechos para las grandes mayorías populares que Macri está empecinado en transformar en una Argentina de privilegios para las minorías multimillonarias a las que él pertenece. Los y las kirchneristas contamos para ello con una militancia maravillosa, inmensamente comprometida y extendida en todo el país; contamos con la experiencia de 12 años de gestión transformadora y popular y contamos, esencialmente, con el liderazgo de una dirigente extraordinaria como es Cristina Kirchner. Por supuesto, cuando hablamos de un frente para enfrentar al macrismo, no hablamos solo de nosotros, las agrupaciones, partidos y referentes kirchneristas. No nos creemos únicos ni autosuficientes, pero tenemos sin dudas un rol protagónico, por esta identidad importante que se ha generado, y mucho para aportar en esa construcción amplia y popular.

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