Antes de las elecciones presidenciales, cuando Mauricio Macri o su equipo eran consultados sobre la estrategia para conseguir dólares y bajar la inflación se ponía en juego el relato de la "confianza". El guión es más o menos el siguiente: Mauricio Macri como Presidente generará la seguridad jurídica para conseguir inversiones y con el diálogo logrará moderar a los empresarios en su voracidad para aumentar los precios.

Con menos de dos meses de gestión ese relato está destruído aunque los medios macristas buscan sostenerlo impulsados con pauta oficial.

Mauricio Macri llegó al gobierno empujado por los medios, las grandes patronales agropecuarias, el poder financiero y las multinacionales. De todos estos poderes, los únicos que se mantienen como aliados incondicionales de Macri sin marcarle la cancha son los medios de comunicación y el Poder financiero.

Macri, al asumir, cumplió con la promesa de beneficiar al sector del agro con una virulenta transferencia de recursos de los trabajadores a las patronales. A cambio, les pidió que liquidaran los granos retenidos para alimentar las reservas y así poder flexibilizar las restricciones para la compra de dólares; los grandes actores le aportaron divisas pero un número mucho menor del esperado.

¿Qué pasó? El agro, aunque muy amigo de Macri, es más amigo del dinero y el valor actual del dólar no los satisface: el precio internacional de la soja ha caído y los grandes actores del sector buscan compensar esa pérdida con un dólar de, al menos, 16 pesos.

Macri estaría dispuesto a generar una nueva devaluación que lleve el dólar de 14 a 16 pesos pero debería controlar a quienes no pudo en estos dos meses: los que fijan los precios.

Las medidas para favorecer al agro; la quita de retenciones y la devaluación, generaron un aumento feroz de los precios de la canasta básica y si bien buscaron retrotaer los precios a noviembre, no pudieron hacerlo. El fracaso se observa en las góndolas.

La confianza no funcionó con el agro y el diálogo no pudo hacer nada con los actores que fijan precios.

Asimismo, en Davos, Mauricio Macri tampoco logró generar la confianza que prometió: la gira fue tan magra que no pudo anunciar avances con los Buitres y apenas pudo comunicar inversiones que ya estaban previstas desde la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

Macri se encuentra ante un panorama económico que no pudo prever: sus amigos del agro no le proveen los dólares que le prometieron y tampoco puede conseguirlos mediante inversiones o préstamos.

En ese contexto, Macri se puede ver forzado a generar una nueva devaluación que ponga al dólar en 16 pesos, lo que generará una nueva escalada inflacionaria. El descontrol es total.

Los gremios pedirán aumentos cercanos al 40%, el objetivo del 20% de inflación ya resulta un cuento de ficción y una nueva devaluación podría disparar aún más los precios.

El equipo económico de Macri parece no poder controlar las variables y el Presidente no generó confianza ni pudo gobernar con el diálogo incluso entre sus principales socios.

En este contexto, la protección de todos los medios es clave ya que el golpe al bolsillo será muchísimo más grande de lo esperado. El cuento de la herencia puede durar un tiempo pero no será eterno; el margen de maniobra es cada vez más chico.