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Reforma Previsional: dominación y resistencia

De qué se trata la Ley aprobada, cómo afecta a los 17 millones de personas alcanzadas y cómo se reconfigura el mapa opositor y el mundo gremial.

Reforma Previsional: dominación y resistencia

Redacción En Orsai // Martes 19 de diciembre de 2017 | 13:13

Por @zuranog |

Ayer se vivió sin dudas una jornada que quedará marcada en la memoria de millones de personas, y que se ganó un lugar en la historia de este país. Una manifestación a gran escala; un plan represivo que incluyó infiltrados, policías de civil, una cacería sangrienta, y la cobertura mediática dirigiendo el tránsito de la atención y el sentido común; cacerolazos en todas las ciudades hasta altas horas de la madrugada; una Ley que recorta las jubilaciones y marca un punto de inflexión para el gobierno.

Todos estos puntos están íntimamente relacionados y no se puede analizar ninguno dejando de lado a los otros. No hay reforma previsional sin represión, como tampoco será posible para el oficialismo aprobar la flexibilización laboral sin gases ni balas de goma.

No hay ajuste posible de llevar adelante si no se logra primero el triunfo más importante: que un sector muy amplio de la sociedad prefiera hablar de las piedras y no del proyecto de Ley; prefiera odiar a los violentos (estúpidos genuinos e infiltrados aplicados) y no saber la fórmula para calcular las jubilaciones.

Por eso las condiciones en que se aprobó la reforma previsional, marcan un triunfo del gobierno (con costos altísimos), pero también dejan en evidencia las dos formas de dominación trabajando juntas: La fuerza coercitiva del Estado en su expresión más brutal y abusiva, y la dominación simbólica y consentida de una hegemonía que logra despertar odios y pasiones de manera proporcional a cada escena cuidadosamente enviada mediante las señales de TV.

¿Qué se aprobó ayer en la cámara de diputados?

La Ley de reforma previsional, tiene varios puntos claves que vale la pena analizar y que estuvieron ausentes en el tratamiento mediático.

En cuanto a la MOVILIDAD, la nueva Ley modifica la fórmula para las jubilaciones, pensiones no contributivas, asignaciones familiares y Asignación Universal por Hijo. Con la vieja norma, vigente hasta ayer, esa movilidad se calculaba teniendo en cuenta un 50% la evolución de los salarios y un 50% la recaudación fiscal, lo que hubiera significado un aumento del 15%. Con la nueva Ley, pasará a calcularse teniendo en cuenta un 70% la variación del índice de Precios al Consumidor (IPC) y un 30% la suba de los sueldos formales, lo que arroja un aumento del 5.7%. Es decir que los jubilados y pensionados, así como también los que cobran asignaciones familiares, los veteranos de Malvinas y la AUH, sufren un recorte de un 9.3%.

Según desde que óptica le quede más cómoda al lector, se infiere que el Estado se “ahorra” cerca de $100.000 millones, o que despoja de parte de sus haberes a 17 millones de personas, lo que suma $100.000 millones de pesos en recorte. Usted elige como verlo.

Pero además, este recorte es acumulativo, ya que cuando se calcule el próximo aumento en la movilidad, se hará sobre el monto ajustado y así sucesivamente. El bono de $700 agregado a último momento por el gobierno nacional, es por única vez y es no remunerativo, es decir que no modifica el haber y por ende no influye en los próximos cálculos.

82% Móvil: Según la Ley aprobada ayer, este porcentaje será aplicable a quienes al momento de jubilarse hayan reunido 30 años de aportes efectivos, es decir que quedan fuera de esta garantía las jubilaciones por invalidez de trabajadores que estaban activos y las pensiones por fallecimiento de trabajadores en actividad, así como también los que se jubilaron con más de 65 años, compensando años de aportes.

Con la vieja norma, ese porcentaje era del 81,8% móvil y no hacía las exclusiones citadas en el párrafo anterior.

Jubilación Voluntaria: En cuanto a este punto, la Ley eleva la edad jubilatoria a los 70 años en los trabajadores en relación de dependencia del sector privado. El texto de la reforma deja en claro que es “opcional”, con un nivel de libertad de elección fácil de imaginar aún para los más distraídos.

Este punto de la Ley eleva a 65 la edad jubilatoria de las mujeres. En ambos casos deben comprobarse los 30 años de aporte. Están excluidos de este punto los trabajadores estatales.

Estos fueron los puntos que estuvieron ausentes en la televisión durante el día de ayer y son los que signarán la vida de 17 millones de personas, a partir de ahora.

Capítulo aparte para la oposición, que parece encaminarse a una unidad o a un nivel de entendimiento mayor entre sus diferentes sectores. Y capítulo aparte también para un sindicalismo que en la mayoría de sus expresiones, está mostrando estar a la altura de las circunstancias, a pesar de los papelones de la CGT.

Se viven tiempos de una nueva configuración opositora y también gremial, donde se ve un protagonismo de bases que parece ser tan irreversible como esperanzador.

Por el momento, el gobierno nacional y sus socios/dueños de la economía concentrada y transnacional imponen las condiciones a cualquier costo: no dudan en reprimir a jubilados, trabajadores, manifestantes pacíficos. Y no tienen plurito alguno en que el mundo sea testigo de esa brutalidad. Saben que puertas adentro aún ejercen esa dominación simbólica, que hace que todos hablen de las piedras y nadie de la Ley; o que todos se indignen con 150 estúpidos/infiltrados y nadie con 1500 policías pegándole a “lo que se mueva”.

Pero toda dominación hegemónica tiene su resistencia, su contra-hegemonía. Cada vez más gente, incluso votantes de Cambiemos, empieza a ver con otros ojos estas medidas y sus consecuencias. Ayer en horas de la noche sonaron cacerolas dando testimonio de esto.

El crédito no es eterno, lo que Cambiemos ganó en las urnas debe intentar conservarlo en las políticas públicas de su gobierno y la verdad es que no lo va a hacer porque nunca le interesó, porque el plan siempre fue otro, porque vinieron para otra cosa.

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