(Por: Juan Alonso) La gobernadora María Eugenia Vidal busca cerrar la Fundación Felices Los Niños y crear un country de lujo en las 67 hectáreas del predio ubicado en Hurlingham. Así lo denuncia el director de la Fundación Felices Los Niños, Juan Manuel Casolati, quien el pasado 15 de junio estuvo detenido durante dos días en una comisaría de William Morris, acusado de supuesta “instigación al delito” tras cortar una calle en protesta por “la disolución” de la fundación ordenada por la Provincia.

Casolati, ex Secretario de Ejecución Penal de la Defensoría General de San Martín, fue nombrado interventor de la fundación en diciembre de 2014. “Desde 2016 el gobierno de Vidal dejó de darnos las partidas de dinero a razón de unos 500 mil pesos por mes y tiene la intención de realizar un negocio inmobiliario millonario con los bienes de la fundación, que no sólo posee terrenos aquí en Hurlingham –unas 67 hectáreas-, sino en Calafate, Santa Cruz; además de otros lugares del Gran Buenos Aires, como La Matanza y San Miguel. Nos están liquidando, vaciando de a poco”, cuenta Casolati. “Me tuvieron esposado 48 horas sin comer y me decían que a los defensores de los presos y los derechos humanos había que tratarlos así. Quisieron amedrentarme pero no lo lograron”.

La acusación penal contra Casolati es idéntica a la que pesa sobre la dirigente social Milagro Sala, presa injustamente hace 528 días en el penal Alto Comedero de Jujuy bajo el séquito del gobernador Gerardo Morales. “Lo que ellos objetan es la falta de balances desde 2007. Pero yo me hice cargo entre fines de 2014 y comienzos de 2015. No puedo presentar los balances de Julio César Grassi, porque no tuve nada que ver con esa gestión. Es más: desafecté de la fundación a más de 60 empleados que le respondían a Grassi apenas asumí y encontré un verdadero desastre. Grassi manejaba la fundación desde la Unidad 41 de Campana donde está preso. Ni siquiera cortaban el pasto, la fundación estaba plagada de ratas. Habían cerrado las actividades de trabajo y recreación para los chicos, que iban a estudiar en invierno con las paredes destruidas y los vidrios rotos”.

La impronta de esta nueva decisión persecutoria de Vidal, una vez más, tiene el sesgo del abandono de los más vulnerables y el desamparo de unos 2000 niños y niñas. En la fundación hay alojados 52 niños, incluida una beba de seis meses enferma de HIV, que envió hace poco el gobierno de Vidal, a pesar de arrebatarle el presupuesto a la fundación y pretender cerrarla. Otras 1500 niñas y niños asisten a las 10 escuelas que administra la fundación, y 300 más concurren a sus tres centros de día y a un jardín de infantes en San Miguel.

“Con la gestión de Daniel Scioli nos otorgaban un presupuesto de 1.400.000 pesos por mes. De allí nosotros pagábamos 900 mil pesos de sueldos para los 230 empleados, que son los que mantienen la fundación en marcha cada día. Por eso recuperamos la panadería, la carpintería y el vivero. También un centro de deportes donde 400 chicos de la zona pueden ir a jugar al fútbol y mantener sus vínculos barriales”.

Los negocios de Jakim

Desde Cambiemos aducen que Casolati no presentó los balances y asumen un discurso legalista centrado en la responsabilidad del manejo de los fondos públicos.

ºDesde que soy presidente del Consejo en 2015 no presenté balances porque no administramos el dinero, que es administrado por un fideicomiso. La Gobernación lo sabe, porque el fideicomiso fue creado por la misma Provincia. Nosotros somos beneficiarios del fideicomiso, pero no administramos. La Provincia tendría que haber requerido los balances al fideicomiso. Lo que hacíamos nosotros era rendir los gastos a tanto a Niñez comoa Desarrollo Humano de la Provincia todos los meses. Y ellos lo sabíanº.

La decisión de “disolver” la fundación quedó bajo la responsabilidad del Director Provincial de Personas Jurídicas, Leonardo Jakim, que nombró a tres directores para reemplazar a Casolati en estos días de incertidumbre. Los 250 trabajadores de la fundación viven angustiados.“La familia Jakim tiene negocios inmobiliarios en toda la zona de Hurlingham y aquí hay una intención de completar un negocio espurio”, afirma Casolati, que además presentó una denuncia penal por “abandono de persona” contra Pilar Molina, ?Secretaria de Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires. “Ella es responsable porque tenemos cientos de chicos que dependen de las partidas que el Estado nos ha quitado”, insiste el abogado.

Sin embargo, Vidal dijo: “La Fundación es parte de 685 fundaciones que vienen siendo auditadas por el Gobierno de la provincia desde el mes de junio del año pasado. Son fundaciones que presentan irregularidades, que no han presentado una adecuada rendición de los fondos que reciben del Estado. Felices los Niños es una más que fue auditada y fue intimada en el mes de septiembre. En el mes de noviembre se comprometió a un plazo de regularización que no cumplió. Recibe 1.500.000 de pesos por mes del gobierno de la provincia y desde el año 2008 que no ha presentado balances y no ha podido justificar cómo gasta los recursos que recibe de la provincia”.

Desde la gobernación argumentan que “la intervención liquidadora dispuesta por la justicia bonaerense debido a ‘irregularidades administrativas’ durará seis meses. En ese período, los servicios de comedor y asistencia se seguirán prestando y la gobernación ‘reubicará’ en forma paulatina a los 52 niños que están alojados en el predio de Hurlingham”.

Pero cuando este cronista quiso saber dónde y cómo van a ser “reubicados” esos 52 niños, entre los que se encuentra una beba de seis meses con HIV, nadie supo responder. La prensa oficial tampoco está demasiado preocupada por los niños abandonados. Ni siquiera el denunciante perseguido por Vidal y sus Policía sabe qué pasará con ellos. “No existe un solo lugar de la Provincia con capacidad para alojar a los chicos de la fundación. Están mintiendo y abandonando a su suerte a 2000 chicos”, afirma Casolati.

El origen del conflicto

Una fuente bonaerense desliza que los males de Casolati comenzaron a precipitarse a partir de un acuerdo que selló con el Movimiento Evita en La Matanza para reconstruir un centro de día. Pero él lo desmiente, categórico. “No tiene nada que ver. El Evita reconstruyó el centro de día que estaba abandonado y así pudimos incorporar a 300 niños a las actividades”.

La historia de la fundación conlleva un rasgo de inocultable tristeza. El cura Grassi dejó un pasivo millonario y múltiples juicios de proveedores y empleados en la justicia de San Martín. Los empresarios que aportaban a la fundación desaparecieron de la faz de la Tierra. Y más todavía a partir de marzo luego de que la Corte confirmó la condena a 15 años de prisión contra el sacerdote por abuso sexual de menores mientras estaba al frente de la Fundación Felices los Niños.

El tribunal ratificó la condena contra Grassi por “abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada”. Así quedó firme la condena de 2009, cuyo dictamen fue confirmado por Casación y la Suprema Corte de Buenos Aires.

Allá lejos han quedado en el olvido los estrechos vínculos de Grassi con la oligarquía argentina y los millones de dólares que recibió de manos de grandes empresarios. No faltaron versiones de dineros de Alfredo Yabrán y de dueños de medios periodísticos, que se llevaron sus secretos a la tumba.

Con La Fundación Felices los Niños el macrismo continúa con su lógica hegemónica: allí donde hay una necesidad, hay un negocio.

Fuente: http://www.nuestrasvoces.com.ar

DESTRUCCIÓN NACIONAL
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— En Orsai (@EnOrsai) 2 de julio de 2017