(Por Beatriz Chisleanschi) “La otra tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú”, dice la letra de un viejo bolero cuya autoría pertenece a Roberto Ledesma, pero que popularizó el cantante mexicano, Armando Manzanero.

Un bolero que bien podría entonar el presidente Mauricio Macri cada vez que viaja al exterior en busca de la prometida “lluvia de inversiones” que parecen estar ahí, pero nunca llegan, a pesar del cielo encapotado y bien negro que día a día cubre la Argentina.

Para muestra basta un botón o más de una decena de viajes a distintas partes del mundo. Veamos.

En enero del 2016, a pocos días de asumir su mandato, Mauricio Macri presidió el Foro Económico Mundial que se llevó a cabo en el Centro Cultural Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires, que se conoció como Mini-Davos. Allí realizó varios encuentros a los que consideró claves, entre ellos, con el entonces vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, el entonces premier de Gran Bretaña, David Cameron y con el premier israelí Benjamín Nethanyahu. Pero también mantuvo reuniones con CEOs de multinacionales quienes, según señaló el propio Macri, “piden solamente estabilidad en las reglas de juego” y que “estaban muy entusiasmados con el cambio”.

En abril del mismo año Macri realizó dos viajes, uno a Chile y otro a Whashington. Mientras que en el país del norte participó de la Cumbre de Seguridad Nuclear donde aprovechó para reunirse con el primer Ministro canadiense Justin Tudeau, y el de Nueva Zelanda, John Key, en el trasandino participó del Consejo Empresarial Binacional Chile-Argentina. Fue en este encuentro de empresarios donde se encargó de subrayar que “Estamos volviendo al mundo” y asumió el compromiso de avanzar en “normas que generen confianza en el sector privado, implementando reglas de juego claras y parejas para los inversionistas”.

Ya entrado el invierno en el hemisferio sur, Mauricio Macri viaja a Colombia al Foro Económico Mundial y nuevamente a Chile para un encuentro con empresarios de la Alianza del Pacífico a quienes les manifestó que “son muy bienvenidos en la Argentina”.

En consonancia con el verano europeo, en julio del 2016, el Presidente visita Francia, Alemania y Bélgica para el diseño de los intercambios entre el Mercosur y la Unión Europea. En el Palacio del Elíseo, en París, fue recibido por el mandatario de Francia François Hollande, con el objetivo de intentar atraer nuevas inversiones que permitiesen impulsar la reactivación de la economía argentina y ampliar los mercados para la producción agroalimentaria.

De allí Macri voló a Alemania a encontrarse con la canciller Ángela Merkel. Durante su estadía destacó el potencial de cooperación directa con el país germano, que en el pasado “ha tenido una importante presencia en Argentina y que puede aportar ahora inversión”. También sostuvo que ambos países están "poniendo fuerza en un acuerdo entre el correo argentino y el alemán", y en "convenios de agricultura, transporte e igualdad social”, a la vez que destacó la "capacidad de innovación del pueblo alemán", y abogó por impulsar la relación entre las Pymes alemanas y la argentinas.

Ya en Bruselas, el presidente de Argentina mantuvo encuentros con representantes de la Unión Europea para la Política Exterior, con el presidente del Consejo Europeo y con los reyes de Bélgica.

EL PLAN "M"
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La llegada del mes de la primavera lo llevó por varios países asiáticos y un nuevo viaje a Estados Unidos, en esta oportunidad con destino New York. También viajó a Colombia, pero lo hizo en el marco de los Acuerdos de Paz.

El primer destino de su recorrida asiática fue Doha, la capital de Qatar, donde sostuvo un encuentro bilateral con el Emir Sheik Tamin bin Hamad Al Thani. Al finalizar, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo destacó, según un comunicado difundido por Presidencia que “continuamos avanzando en el diálogo respecto de la cuestión energética, el tema agroalimentos y el desarrollo de diversos proyectos.”

La Reunión del G20 que se desarrolló en China fue el segundo destino de esta gira donde mantuvo encuentros para atraer inversiones con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el primer Ministro de India, Narendra Modi y con el Presidente chino Xi Jinping.

En su discurso en el G20 Macri abogó, entre otras, por la conformación de un sistema comercial abierto, inclusivo y fuerte junto con políticas nacionales estables y coherentes a las que calificó como "fundamentales para potenciar el impacto positivo de las inversiones en la prosperidad de la economía mundial".

Pero el viaje a China también sirvió para reunirse con CEOs de al menos cinco gigantes chinos, entre ellos, China Power, Sany, Huawei, Alibaba y China Nuclear Corporation a quienes invitó a invertir en una "nueva Argentina alejada del proteccionismo y el populismo".

En New York, donde fue a participar de la Asamblea de la ONU, tuvo un encuentro con el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton y con celebrities del espectáculo como los músicos Bono (U2), Bon Jovi y Andrea Bocelli o el actor Ben Affleck. Durante ese encuentro expresó el presidente de Argentina: “Hay espacio para nuevos socios y necesitamos que todas las empresas globales vengan a la Argentina y nos ayuden a llegar a estos objetivos". También aprovechó el viaje para ir a Wall Street y reunirse con los miembros de la Junta Directiva de la Bolsa de Nueva York (NYSE) a quienes explicó: "hay una Argentina diferente. Esta es una oportunidad diferente a otras. Este cambio vino desde abajo, y por eso es distinto".

Luego vinieron las fiestas, pasó el segundo semestre, llegó el 2017 y con la esperanza puesta en que finalmente las ansiadas inversiones van a llegar, Mauricio Macri emprendió dos nuevos viajes en el mes de febrero.

Uno a España donde, como lo había hecho en Bélgica y lo haría un mes más tarde en Holanda acudió al lugar que mejor le sienta, al Palacio Real y la posibilidad de estar codo a codo con la monarquía.

Más, en reunión con empresarios, el Jefe de Estado planteó que es importante que “volvamos a tener una confianza plena, y para eso lo mejor es establecer reglas de juego claras y estabilidad macroeconómica” (ya que) “nosotros necesitamos empresas pequeñas, medianas y grandes que puedan agregarles valor a nuestras materias primas para que vayamos abriendo mercados”. El otro, fue un viaje relámpago a Chile por la conmemoración de los 200 años de la Batalla de Chacabuco, pero aprovechó su estadía para profundizar los lazos bilaterales y acuerdos comerciales.

Hace pocos días atrás, mientras transcurría el mes de marzo y un porcentaje importante del país marchaba día a tras días en pos de su reclamos y derechos, Macri voló a Holanda. Fue tal el nivel de importancia que le adjudicó a este viaje que lo hizo acompañado no sólo de su esposa, sino de una nutrida delegación que integraron entre otros la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra , el de Educación, Esteban Bullrich y el de Trabajo, Jorge Triaca además del titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, el titular de la UIA Daniel Funes de Rioja y el CEO de Shell Argentina, Teófilo Lacroze.

Tal comitiva estaba justificada porque para el gobierno las inversiones eran el tema central que los convocaba al País Bajo, ya que además de participar en el Foro de Negocios “Oportunidades de inversión y comercio” que agrupa a empresarios de ambos países, se reunió con las doce principales empresas holandesas con supuesto interés en invertir en Argentina.

Al finalizar su travesía por Holanda, el presidente no dudó en señalar que la conflictividad social “influye” para la llegada de inversiones al país. Una vez más la construcción de un relato que sólo mira las consecuencias y no las causas. La conflictividad social va en aumento porque la economía del país va en deterioro.

A la importante cantidad de viajes realizados en la búsqueda de las tan mentadas inversiones, hay que sumar las realizadas por el ministro de Comunicaciones Oscar Aguad a Estados Unidos en el mes de octubre o las del entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay a Chile en los meses de marzo y agosto y el famoso viaje a España en mayo donde pidió disculpas “por los últimos año”. Todas en el 2016.

También los que realizó la vicepresidenta Gabriela Michetti este año a Medio Oriente, Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Canadá y Australia y el equipo económico que viajó a Davos en el mes de enero sin el presidente.

Quince meses de gobierno y el pescado sin vender, diría un viejo refrán popular.

"Es importante destacar que en la visión neoliberal todo es “inversión” y da lo mismo si se levanta una fábrica que genera riqueza real o provoca una burbuja bursátil producto de la especulación con papeles accionarios. Todo ingreso de capitales es presentado como un “éxito” de la política económica y como una señal de “confianza” de los inversores sobre el rumbo de la economía."-señala el economista Ricardo Aronskind en un artículo publicado por Tecla Eñe titulado “Nuevamente el espejismo de la inversión extranjera: de la “lluvia de inversiones” a la inundación de préstamos financieros”.

Mientras que la lluvia de inversiones productivas no llega, el capital financiero nada en aguas cálidas y placenteras y una tormenta muy fuerte cae casi a diario en el país cuando los trabajadores y trabajadoras recorren una y otra vez las plazas y las calles de la Argentina en reclamo de su dignidad.

Editora de Motor Económico. Lic. en Ciencias de la Educación. Periodista

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