muestra modernidad, pero retrotraen a una práctica política muy antigua. Repiten el estilo Ruckauf.

La nota avanza en el costo que tendrán las cajas navideñas pero no hace mención crítica de que un producto pensado para acompañar a quienes menos tienen durante las fiestas de Navidad se vea teñido con aspectos de la política partidaria de la Gobernadora.

Por supuesto, Vidal no inventó nada pero la utilización de las cajas navideñas con fines partidarios nos remite al célebre caso de Carlos Ruckauf, otro porteño devenido en Gobernador de la Provincia, que también utilizó un producto destinado a sectores de menores ingresos para su publicidad política. En aquél entonces fueron zapatillas que llegaban a las escuelas para ser entregadas a chicos de escasos recursos económicos y en la lengüeta contenían una etiqueta que decía: “Buenos Aires para todos. Gobierno de la Provincia” y agregaban la firma del gobernador, aunque sin aclaración.

Parece ser que las similitudes entre las zapatillas de Ruckauf y las cajas navideñas de María Eugenia no acaban en el intento de utilización política de un producto pagado por el Estado y destinado a los más pobres de la provincia. También los slogan son similares.

La nota de Ayerdí no explica cuánto es el costo de impresión de las cajas de cartón que contendrán los productos navideños que harán publicidad de la gobernadora. No obstante podemos decir que será un monto importante, aunque no hará mellar el presupuesto provincial porque Vidal acaba de enviar un proyecto a la legislatura que –si bien recorta las partidas destinadas a Educación- triplica lo destinado a publicidad. Lo que sí informa la periodista es que el pan dulce que incluyen las cajas, será de 500 gramos en lugar de 1 kg como en años anteriores, parece que el costo de la caja ploteada será abonado por los beneficiarios.

Sin dudas, se demuestra que el 2017 las preocupaciones del gobierno de Vidal pasan por aparecer ante los bonaerenses como un buen gobierno, no importa si lo son o no. En ese detalle, no se diferencian de 2016. El marketing y la publicidad caracterizan al gobierno provincial del PRO que no ha presentado planes ni programas sociales novedosos, se limita a repetir con recortes los de la administración Scioli. Salvo las cajas navideñas verdes, por supuesto.

Quienes hemos dedicado algún tiempo al estudio del clientelismo político conocemos una característica de los punteros clientelares: como explica el sociólogo Javier Auyero, tienden a ponerse como sinónimo de los bienes o servicios que entregan a sus clientes.

La firma de Ruckauf en las célebres zapatillas o el verde impreso por pantone con el slogan de Vidal son otra de las formas pensadas por la publicidad para que quien recibe el objeto sepa quién lo envía y esté agradecido por la “preocupación” concretada en el envío.

Mientras los publicitarios PRO diseñan estrategias clientelares, los funcionarios nacionales y provinciales hablan en contra del clientelismo, incluso cuando defienden el voto electrónico, que ni respeta exactamente la voluntad popular y es absolutamente inocuo en materia de disminuir el clientelismo.

Las cajas navideñas verdes de María Eugenia, muestra modernidad, pero retrotraen a una práctica política muy antigua. Repiten el estilo Ruckauf. Recuerdo que siendo asistente social trabajé en una escuela en la época de las célebres zapatillas, nos llegaron una buena cantidad de pares y no íbamos a desperdiciarlas porque tuvieran la molesta etiqueta. Los fabricantes habían ahorrado, en lugar de coser la etiqueta a la lengüeta, sólo la habían adherido con cola. Es decir, era muy fácil arrancarla de un tirón. Eso hicimos la mayoría de los asistentes sociales de la Provincia.

Desde abajo también se pueden reformular algunas prácticas perniciosas.

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