El segundo semestre no sólo está perdido sino que amenaza con ser mucho peor que el primero. Mauricio Macri había prometido que para los segundos seis meses del año la bonanza llegaría a todos, sin embargo el mejor pronósito posible anuncia una estrepitosa caída del PBI. El drama será peor.

En ese contexto donde la caída económica comienza a pegar fuerte en los sectores populares los medios y medios bajos, el macrismo hace política desde los medios de comunicación: pesada herencia y corrupción.

Los escándalos de corrupción como el de José López parecen ser el último muro de contención con el que el macrismo entretiene a la opinión pública: el enojo por las tarifas y la inflación en situación de descontrol empiezan a socavar al macrismo.

Mauricio Macri no es un Presidente que genere adhesiones por la positiva sino que llegó al Sillón de Rivadavia como "oposición de" y necesita sostener ese perfil ya que no despierta amores. Macri se erigió como el freno al kirchnerismo y necesita perpetuar desde la Presidencia ese posicionamiento.

Mientras tanto, en el conurbano bonaerense el descontento es alto. También en muchas economías regionales que, engañadas, creyeron que mejorarían su situación y sólo han empeorado.

Detrás del muro de la corrupción, el macrismo espera aguantar la oleada de bronca por la destrucción económica de la gran mayoría de la ciudadanía. Habrá que ver cuánto tiempo dura.