Si bien la noticia corrió primero como un rumor, Miguel Galuccio no será más el CEO de YPF. El macrismo busca instalar que fue el gobierno el que forzó la renuncia pero, según trascendió, la dimisión habría sido voluntaria y motivada por las políticas aplicadas por el Gobierno Nacional.

Según publicó La Nación, la salida de Galuccio se hará efectiva a fines de abril en la próxima asamblea de accionistas de la empresa. De allí en más el macrismo tendrá más espacio para diseñar el destino de YPF que al igual que Aerolíneas Argentinas podría tener destino privado o un rol testimonial para favorecer a diferentes empresas privadas, entre ellas Shell, empresa que hasta hace poco fue conducida por el Ministro de Energía y Minería.

Aerolíneas Argentinas comenzó a recortar rutas y quien prepara las garras para quedarse con los destinos más rentables es nada menos que LAN, la empresa chilena que también colocó un CEO en la administración de Mauricio Macri; Gustavo Lopetegui.

Este personaje es quien tiene el discurso menos político y más eficientista y a él se atribuye la política de contracción de Aerolineas Argentinas y ahora, de YPF.

En días anteriores, el propio Galuccio había deslizado que desconocía cuál era el plan del ministro de Shell, Aranguren: "La visión de YPF no ha sido rediscutida. YPF es una herramienta clave para el desarrollo del país y ésa es mi visión. No sé qué visión tiene [Juan José] Aranguren".

Pero la visión fue explicitada por el propio Aranguren: “YPF es una sociedad anónima. Y por lo tanto la decisión sobre cómo debe ser administrada la tienen que tomar los accionistas de esa sociedad. El Estado nacional junto con los estados provinciales tienen el 51 por ciento de esa compañía, pero sigue siendo una sociedad anónima. Tiene que analizarse qué se hizo desde 2012 y evaluar cuál es el plan de negocios para poder recomendar la continuidad o no de este tipo de administración”.

“La energía no puede ser dirigida a partir de una oficina del gobierno nacional, tiene que ser debatida y sujeta a los consensos de los distintos agentes económicos”, agregó el ministro para dar a entender que será el sector privado el que defina la política energética de acuerdo a sus propias necesidades.

Para finalizar, consideró  que “no es tan relevante recuperar el autoabastecimiento", y agregó: "Necesitamos preocuparnos por tener seguridad energética. Eso significa energía variada, accesible y a precios razonables. Vamos a seguir importando gas de Bolivia. Este año tenemos la ventaja de que como bajaron los precios internacionales, bajó el costo de las importaciones".