Di Grazia se había sumado al PRO en la última campaña electoral y financió buena parte de la campaña de Garro que lo llevó a la intendencia de la ciudad de las diagonales

Pese al silencio de los grandes medios respecto a los vínculos políticos detrás de la muerte de una joven en una fiesta ilegal en La Plata, existen fotos y pruebas que conducen al PRO.

Uno de los organizadores e imputado del fallecimiento de la joven Jessica Uscamayta en la fiesta clandestina, Raúl "El Peque" García, mantendría una estrecha relación con los gobernantes de Cambiemos.

No sólo tiene fotos junto a Maria Eugenia Vidal, Gabriela Michetti y el mismísimo Mauricio Macri, sino que estuvo en el escenario durante el triunfo presidencial.

Raúl "El Peque" García es un empresario del turismo que también realiza fiestas en quintas privadas y eventos en el Hípico de La Plata. A su vez, mantendría una estrechísima relación con los gobernantes de Cambiemos, según puede verse en su facebook, el mismo "Peque" Garcia, estuvo presente en el exclusivo escenario del bunker de Mauricio Macri el día que ganó las elecciones presidenciales.

Por otro lado, la fiesta clandestina trágica también golpea políticamente al intendente macrista Julio Garro, principalmente a través de Roberto Di Grazia, un empresario que había financiado buena parte de su campaña y ahora está al frente de Control Urbano.

Abogado y empresario, además de director de la Cámara de Comercio e Industria platense, Di Grazia se había sumado al PRO en la última campaña electoral y financió buena parte de la campaña de Garro que lo llevó a la intendencia de la ciudad de las diagonales.

De hecho en julio Di Grazia había abierto un local partidario de Cambiemos con la presencia del propio Garro, y del electo senador provincial Juan Pablo Allan.

El respaldo proselitista del empresario fue pagado con un cargo en la gestión naciente de Garro. Por ello actualmente Di Grazia está al frente de Control Urbano, un lugar clave por el manejo de caja.

El funcionario, ahora, es el más complicado por su responsabilidad durante la noche del 31. La fiesta no había sido autorizada por el municipio, pero los organizadores decidieron hacerla pese a las advertencias.

Ahora, Garro pretende entregar a Di Grazia como una especie de chivo expiatorio, a pesar de que él mismo lo había puesto en ese rol, muy asociado a la recaudación de plata no del todo legal. Eso quedó evidenciado tras el desenlace trágico de la fiesta clandestina.