Primero fue un “error de carga” ante la denuncia por los sobreprecios en la pauta publicitaria de la Ciudad a cientos de radios, después fue un “error administrativo” ante el intento de censura a C5N, más tarde fue un error de tipeo ante los decretos sobre educación.

Ayer el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, sostuvo que fue “un error en la web” informar que el Centro Cultural Kirchner (CCK) permanecería cerrado desde ayer.

A penas estalló el escándalo, el portal web del CCK permaneció caído por un buen rato. Y cuando volvió a estar online, la escasa información sobre su cierre fue removida.

Una de las versiones es que el cierre estaba pautado porque ya no había una agenda pautada. Sin embargo, esa información nunca fue suministrada por las nuevas autoridades y el propio Lombardi afirmó que continuará abierto. La incógnita que se abre es qué se intentó hacer con el edificio.

Cabe recordar que otros funcionarios de la Ciudad habían indicado que era imposible que el CCK funcione sin cobrar entrada, o que desde el oficialismo se iba a intentar modificar el nombre del establecimiento cultural más grande de Latinoamérica.