Juan José Aranguren anticipó que esta medida es consecuencia directa del levantamiento del "cepo cambiario". Además, informó que los incrementos de luz y gas se implementarán en el primer trimestre de 2016.
Día tras día se observan las consecuencias de librar el precio del dólar a las decisiones del mercado.
Viernes 18 de diciembre de 2015 | 09:32
La falta de imprevisibilidad en los aumentos genera incertidumbre en los consumidores que ven cómo día a día su salario pierde valor real de mercado, y en sólo cuestión de horas decreció alrededor del 40 por ciento. Esto sumado al componente especulativo de las empresas, que aumentaron los productos antes y después de que el Gobierno decidiera que sea el mercado el responsable del precio del dólar.
Por el otro lado, están los grandes grupos agropecuarios, a quienes se los eximió del pago de impuestos a las exportaciones, con el mismo supuesto que hundió al país en los noventas: la mejora del poder adquisitivo de los empresarios hará que derramen en los sectores menos favorecidos; una hipótesis equívoca que sólo generó mayores niveles de desigualdad y pobreza.
Tras la devaluación, quien se pronunció fue el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, que admitió que será “bastante difícil que la apertura del cepo cambiario no se traslade el precio de los combustibles". Sin embargo, anticipó que buscarán que no aumenten en los primeros meses, aunque no garantizó que esto se produzca.
"Que no se traslade va a ser bastante difícil, porque si no se desfinanciarían las provincias“, agregó el funcionario.
En declaraciones a radio Latina Aranguren confirmó, además, que los primeros aumentos en las tarifas de luz y gas se implementarán durante el primer trimestre del próximo año, aunque evitó dar mayores precisiones.