Tras las críticas recibidas por su volantazo discursivo, el PRO entró en una meseta. Y la provincia sigue siendo su punto más flojo: un sondeo de la consultora de González y Valladares muestran que el Frente Renovador relegaría a María Eugenia Vidal al tercer lugar.
Andrés Brown Redacción En Orsai // Lunes 27 de julio de 2015 | 12:50
A pocos días de las PASO nacionales, el PRO no hace pie. Flojas elecciones provinciales, un giro discursivo polémico y cierta desconfianza del establishment a la estrategia elegida.
A todo eso se le sumo el eterno déficit del partido de Mauricio Macri: la falta de presencia, estructura y dirigencia propia en la provincia de Buenos Aires.
La precandidata a gobernadora PRO, María Eugenia Vidal, no puede revertir esos puntos flojos, dada su enorme falta de conocimiento.
Un trabajo reciente de la Consutora de investigación y marketing político González y Valladares mostró un resultado sorprendente. Si bien el estudio repite el escenario favorable para el Frente para la Victoria que también reflejan otros sondeos, muestra al Frente Renovador colocándose en segundo lugar por sobre Cambiemos que quedaría en un tercer escalón.
El estudio realizado entre el 21 y el 24 de julio en base a entrevistas telefónicas y presenciales presenta a los candidatos provinciales del Frente para la Victoria con una intención de voto de 37,8%, seguidos por Felipe Solá con un 21,7% y, más atrás, María Eugenia Vidal con el 17,4%.
En lo que respecta a la composición del voto oficialista, los números se dividen en un 22,7% para el binomio Fernández-Sabbatella y un 15,1% para Dominguez-Espinoza, lo que deja la contienda todavía con final abierto, aunque con un margen importante del quilmeño sobre sus rivales.
Respecto de la intención de voto presidencial de los bonaerenses, González y Valladares señalan que las preferencias las lidera Daniel Scioli con una intención de voto de 37,7%, seguido por Sergio Massa con un 25% que relegaría al tercer lugar a Mauricio Macri con el 17.7%.
Este sondeo es el primero que plasma una recomposición de la imagen de Sergio Massa que lograría establecerse en segundo lugar y colar en esa posición a su precandidato a gobernador. Sin embargo deja también el panorama claro para que Scioli quede a las puertas de un triunfo en primera vuelta.
Al PRO además lo perjudicó el balotaje porteño. La segunda vuelta entre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau demoró el desembarco masivo de la estructura que sostuvo al PRO en la Ciudad a la provincia, el lugar más flojo del macrismo.
Así, envalentonado por esas encuestas, Felipe Solá se animó a chicanear a Macri, acusándolo de "arrugar".