FANTASÍAS

El “nabo” de Máximo hace una semana tiene a todos hablando de él

Con ese calificativo lo cuestionó Jorge Lanata, y todos los editorialistas opositores le dedicaron tinta y minutos de aire. Desde príncipe hasta acusaciones de espionaje le indilgan ser autor de varios y hasta contradictorios operativos.

El “nabo” de Máximo hace una semana tiene a todos hablando de él

Sergio Villone // Sábado 20 de septiembre de 2014 | 11:10

La aparición política en público del hijo de la Presidenta de la Nación parece concitar toda la atención de los columnistas de los medios de alcance nacional, como si el hecho hubiera afectado los cimientos y las proyecciones electorales de la Oposición a la cual ellos representan y orientan.

 

Hasta el diario español El País, del monopolio Prisa, se hizo eco hoy y dice que “la dinastía quiere perpetuarse en Argentina”. El corresponsal en Argentina, Alejandro Rebossio, caracteriza a Máximo –redundantemente- como “líder en la sombra de La Cámpora” y cita que “de chiquito vomitaba para presionarte. Era manipulador”, contó su madre sobre él en un libro”.

 

Ayer, en Clarín, Julio Blanck, uno de los editores que nombró Máximo en su discurso como aquellos que no podían explicar la conmoción social por la muerte de su padre, había escrito que la salida “a la luz” del referente de La Cámpora se debía a que tenía contener a los propios porque es “una militancia atravesada como todos por una realidad que el relato ya no alcanza a maquillar”.

 

El que se muestra más contrariado por la intervención del primogénito presidencial es Jorge Lanata, quizás el más afectado por el derribo del mito de la play y la vagancia. El domingo pasado, en su show en Canal 13, llegó a insultarlo calificándolo de “nabo”.

Hoy, Lanata, quizás el más conocido obrero del Relato Anti K, continúa con la misión de tratar de desmerecer de todas formas esa congregación de gente que se dio en el estadio de Argentinos Juniors el sábado pasado.

 

Hoy, en Clarín, escribe que eran todos empleados del Estado, ante un nene de mamá (el tópico preferido por su colega Pagni, de La Nación, para tratar de inhabilitar a Máximo K): “Y a los 37 años, finalmente, habló. Habló en la cancha de Argentinos Juniors, ante unos cuarenta mil empleados del Estado, y provocó el asombro y la admiración de la tropa propia. No recuerdo un discurso cuyo eco haya sido más sobredimensionado: a La Cámpora le asombra que su candidato hable, una característica que los bebés superan entre los 15 y 21 meses de vida. Así fue el comienzo de la vida política pública de Máximo, quien nunca militó ni en la escuela secundaria ni en la Universidad y –víctima de la desocupación- tampoco en el trabajo del que carece”.

 

Por su parte, en La Nación, el humorista del Opus Dei, Carlos Reymundo Roberts, igualmente prefiere seguir aferrado del mito derribado el sábado: “El chico se formó al lado de sus padres -dónde iba a encontrar mejores profesores-, alternando rosqueo telefónico con PlayStation casi en partes iguales”.

 

Lo llama “principito” (algunos ya prevén que el Relato Anti K intentará, pronto, compararlo con el líder norcoreano Kim Jong-Un) y asegura que simplemente leyó “los apuntes que tenía sobre el atril, escritos por su madre y por jefes de La Cámpora”.

Aunque luego se pone serio, no sin antes recurrir a la figura del "monje negro": “Si la oposición, como afirmó, sólo puede legitimarse en una competencia con su madre, el que gane en 2015 será un presidente ilegítimo, fruto de una proscripción. Nacerá siendo Illia. Nacerá débil. Ya ven: no tiene nada de tonto el muchachito de la Play”.

 

“El principito aprendió el libreto y en muchos gestos nos hizo acordar al padre”, dibuja Roberts, en la misma línea que la edición de esta semana de la revista Noticias, que en su tapa, da a entender que Máximo no es que es igual a su padre sino que lo imita adrede, además de reforzar el prejuicio opositor de que La Cámpora es una agrupación violenta, que en este caso, va a salir a las calles a enfrentar a los que quieran en un “diciembre negro” desestabilizar al gobierno nacional.

 

En Perfil, para Mariano Confalonieri, Máximo “es ahora el operador visible de Cristina”, y el supuesto autor de la teoría opositora de que el kirchnerismo quiere perder en 2015 para volver en 2019. Aunque, más adelante, el periodista se arrepiente: “El discurso de Máximo en Argentinos Juniors, aunque sólido, espantó a la estructura tradicional del PJ, que no quiere saber nada con la derrota”.

 

El escriba más virulento, como es habitual, es Alfredo Leuco, que en su columna de hoy en Perfil advierte: “Entronizar a Cristina como una virgen política. Convertirla en una estampita que supere a Evita. Ese fue el objetivo de Máximo en su discurso”.

 

Luego de denunciar que La Cámpora se está metiendo en todo el Estado y que van a funcionar de espías para un próximo kirchnerismo fuera del gobierno, y alarmarse porque le están poniendo “Néstor Kirchner” a todo para así reemplazar en la memoria colectiva a Perón, Leuco pronostica que el objetivo es “recuperar el tono combativo. Sacar a la calle (lo dijo el comandante Máximo sin eufemismos en su discurso) los 40 mil que juntó La Cámpora en Argentinos Juniors y los 40 mil que convocó el Movimiento Evita en Ferro, más los experimentados piqueteros de Luis D’Elía y acusar de facho represor al que pretenda poner orden en el tránsito y en las ocupaciones masivas de terrenos”.

Comparte en Facebook Comparte en Twitter Comparte en Google+ Enviar a un amigo Imprimir esta nota
Desalmados

Presentan amparo colectivo por la suspensión de Milei de la entrega de medicamentos

Frente a la situación de cierre o suspensión de la Dirección de Asistencia Directa para Supuestos Especiales (DADSE), dispuesta por una medida del gobierno nacional, que dejó a personas sin respuesta, y que no tienen otra forma de acceder a los medicamentos que necesitan,…